lunes, 27 de julio de 2009

Reencuentro, caca de vaca

Llegué temprano, habíamos quedado al mediodía, pero de los nervios que tenía de volver a verla no podía dormir, así que me levanté temprano, me duché, me perfumé con un perfume que me regaló Bella, me puse un traje nuevo y corbata. Salí de casa, cogí el coche y marché destino La Seu, por el camino paré a desayunar en Bagá, un pueblo a mitad de camino.

Cuando llegué, en la oficina sólo estaba su padre, con una visita, me dijo que fuera en coche hasta el sector donde tienen las vacas, que ella estaba allí y me atendería, ya que él marchaba a Barcelona enseguida.

Aparqué detrás de los establos, comencé a buscarla, no os lo imaginais, pero tiene unos establos inmensos, con decenas de vacas. Escuché música, supuse que era ella, acostumbra a trabajar con música.

Me acerqué, y la vi agachada, con una pala, moviendo algo, vestía un mono tejano, que le marcaba bien su hermoso trasero, el pelo recogido en coleta, tapado con un pañuelo, y sin nada debajo, sólo el sujetador, de un bikini, imaginé.

- ¡Bella!
- No te acerques, espera.
- No importa.


¿Porqué no le hice caso? Qué pesteeeeeee!!!!

Estaba amontonando caca de vaca, los pies metidos en el meollo, la ropa salpicada de excrementos de vaca, al menos llevaba guantes, pero me dio un nosequé, perdió todo su sex-appeal de repente…

- Jordi, ¿porqué no me haces caso? No te esperaba hasta el mediodía.
- Lo siento, nunca te hago caso. Te he añorado mucho…
- Espera en el coche, estás guapo.

Esperé dentro del coche, a los 15 minutos apareció ella, se puso delante, sonriendo dejó caer un tirante del mono, luego otro, la ropa se aguantaba sólo por sus pechos, que ya no llevaban sujetador, lo dejó caer hasta la cintura a la vez que se tapaba los pechos con un brazo, con el otro me hizo un gesto de seguirla con el dedo.
Salí del coche, dejando mi americana en el asiento, con prisas caminé tras ella, pasó una puerta, al llegar no la veía, la llamé y no contestó, por fin la vi, apoyada en unas balas de paja, me recordaba a nuestro primer polvo en su granja, fue en otro pajar…

- Ven, te deseo.
- No imaginas lo que he soñado con este encuentro.

Dejó caer por completo la ropa, apartándola con una patada, se quedó en tanga, me acerqué a ella, acaricié su mejilla con mi mano, su hombro, su brazo, me agaché deslizando su tanga por sus piernas, subió una sobre mi hombro, acerqué mi cara a su sexo rasuradito, lamí su pubis, rozando su clítoris, pasando mi lengua por sus labios vaginales, sin dejar de acariciar sus caderas con mis manos, subió la otra pierna, sobre mis hombros, pudiendo tener ante mi su sexo abierto, húmedo, con aroma a ella, dulce, apetecible.
Aceleré mis lametones, penetrándola con mi lengua, absorviendo sus fluidos, sintiendo con la punta de mi lengua cada pliegue de su piel, del interior de su vagina, cada relieve de su rajita, explorando su clítoris, en círculos, arriba y abajo, mordisqueándolo provocando sus gemidos, subiendo mis manos hasta sus perfectos y preciosos pechos, duros, erizados, pellizcando sus pezones.

Mi polla iba a reventar el pantalón, me levanté, ella se incorporó, bajó mi bragueta, luego la goma del boxer, y apareció mi polla, dura, húmeda, erecta como nunca, con las venas marcadas.
Bella sonrió, susurrando algo sobre el tiempo que hacía que no la tenía en sus manos, acercó su lengua, mirandome de reojo, la paseó por toda la piel, por cada vena, la elevó mirando hacia arriba, mordisqueando mis testículos, haciéndome cosquillas al lamerme desde ellos hasta el capullo, entreteniéndose al engullirme, moviendo su lengua en su boca junto a mi carne, masajeándome en una paja perfecta, succionando rítmicamente en cada movimiento.

Desabrochó mi cinturón, luego el pantalón, me sujetó de la cintura y me acercó a ella abriendo sus piernas, mirándonos a los ojos al penetrarla profundamente, mmm, qué placer, qué sensación, notar el calor de sus fluidos sobre mi pene, sentir abrirse las paredes a mi paso, notar sus piernas sobre mi espalda, sus manos aferrándose a mi cuello, su boca buscando la mía sin cesar, provocando de mi cintura movimientos rítmicos, acelerados, profundos, sacándola y metiéndola hasta el fondo.

Observaba como sus pechos botaban al ritmo de mis embestidas, se movian como flanes, lamía y mordía sus pezones duros, sujetando su cabeza al besarla. Yo estaba de pie, ella estirada, miraba como se mordía el labio inferior, cerrando sus ojos, estirando sus brazos arriba, sientiendo como mi orgasmo comenzaba a llegar.

No pude controlarlo, exploté llenándola de mi semen, sujetando su cintura, sin ralentizar mis movimientos, clavando mis uñas en su piel, echando mi cabeza atrás, apagando mis gemidos, dejándome llevar por el placer que sentía en ese momento, cuando acabé, la saqué, apoyándola sobre sus clítoris, y mantuve suaves movimientos mientras volvía a besar sus labios, acurrucado en ella, conseguí que con mi polla algo más blanda que minutos atrás la masturbara como el manolito que una vez le regalé, pronto sentí como su corrida llegaba, su piernas volvían a aferrarse a mi, y sus manos me mantenía apretado contra sus pechos.

Fue un polvo maravilloso, un desquite de tantos meses sin ella. Nos dimos un baño en la piscina, desnudos ya que estabamos solos, allí hicimos el amor nuevamente, subida sobre mi, con sus piernas rodeando mi cuntura, y simplemente, besándonos y sintiéndonos profundamente.

La invité a comer, fuimos con el coche a Andorra, pero eso lo relataré en otro momento… y Bella, ¿cuál es tu versión?

jueves, 16 de julio de 2009

CYBER ENCUENTRO EN EL TREN

Era temprano, en mi mano el primer café de la mañana, camino de madrid, en el AVE, bajé la mesilla, y puse en marcha el pc, conecté el gmail, y abrí el outlook del trabajo. Mientras redactaba un informe que me habían solicitado, comencé a ver la ventanita naranja de gmail, ¿quien chatea a esta hora?

Mmmm, vaya, hacía días que no sabía de ella…

- Buenos días Bella
- Hola cielo.
- ¿Qué haces tan temprano conectada?
- Venir a verte… pon la cam
- Gracias cariño, maravillosa forma de comenzar la semana, viendo tu sonrisa.


Estuvimos charlando un ratito, en cuanto aceptó la cam, apareció ella, estaba sentada en el sillón de su oficina, pelo recogido en cola de caballo, con unas gafas que la hacían interesante, labios pintados, arreglada como para una cita, llevaba un vestido tipo lacoste o burberris, de una sola pieza, tipo camisa larga, de esos para ir a la playa, de color rosa, con los botones hasta el pecho desabrochados.

La verdad que hacía mucho tiempo que ella y yo no nos veíamos por cam, algún que otro chat, y poco más, mucho tiempo desde nuestro último encuentro. Me sorprendió verla, pero me encantaba lo que me transmitía, me tenía, achinado.
Le dije que estaba en el tren, camino de madrid, y que el viajero de al lado la veía, que vigilara los gestos, pero nada más decir esto, se desabrochó otro botón, pudiendose ver el sujetador de lo que luego supe, era el bikini.

Puse el auricular para poder escucharla.
Me dice que me ¿cómo pregunta esas cosas? y tanto que me gusta!!! ¿a quién no?

Bella se agachó, desapareció de la imagen, y en unos instantes apareció, comenzó a moverse, tocándosese, enseñándome su linda y suave piel, se quitó el tanga del bikini, y acercándose a la cam me susurró que se acordaba de mi cada vez que se desnudaba, y que hoy no había dejado de hacerlo desde que se despertó, que estaba mojada porque se había masturbado en la cama, pensando en nuestros encuentros, en mi lengua lamiendo su clítoris, en mi polla abriendo las paredes de su preciado coño, en mis dientes clavándose en sus pezones, recordando mis labios idos locamente junto con los suyos en mi coche….

Me estaba poniendo duro, me relataba momentos de nuestros encuentros, y me estaba excitando enormemente ver como se le endurecían los pezones al decirmelo.

A mi compañero de viaje le gustaba lo que veía, porque no quitaba ojo de la pantalla, cosa que a mi no me hacía gracia, así que cogí mi Netbook, y me fui al baño tapándome el paquete abultado de mi pantalón, me encerré, lo puse sobre el lavabo, y me senté en la taza del wc mirándola, ella seguía relatando escenas, sentimientos, deseos, sensaciones, y yo estaba a punto de reventar el pantalón.

Le dije que deseaba masturbarme mirándola, y asintió con la cabeza, saqué mi polla durísima, sus ojos se abrieron, puso su dedo en la boca mordiéndoselo mientras me observaba, y sonrió. Comencé mis movimientos, desde la base hasta la punta, pelándola completamente en cada acción, acariciandome los testículos sin cesar, mirando cómo se desabrochaba otro botón del escote y se quitaba la parte de arriba del bikini, dejando, ahora, firmemente marcados sus pezones. Comenzó a tocarse, diciéndome guarradas, obscenidades que me hacían hinchar mi sexo de placer, a cada idea nueva, acción que me decía, mi excitación se elevaba un poco más.

Bajó su mano, le pedí verla, pero negó con la cabeza, parecía como si se estuviera masturbando, pero su rostro no expresaba más excitación que la que ya tenía.

- Bella, no resistiré mucho más.
- Jordi, quiero ver como escupes tu leche por mi.

Aceleré mi paja hasta que sentí como mi corrida llegaba, se lo dije, se levantó, apoyada sobre la mesa por los codos, culo en pompa, piernas abiertas, el escote super abierto enseñándome sus pechos colgando, podía verle hasta la entrepierna por el vestido, se lamía los dedos observando como comenzaba a explotar, entonces llegó: una corrida super abundante de tanta excitación acumulada salpicó la puerta, el pc, hasta el espejo del baño del tren, mientras Bella decía: - si, si, siii, ese es mi chico…

De repente, me mandó un beso soplado con la mano, y cerró la cam, se cortó el audio, y escribió, instantes antes de cortar la comunicación completamente:

“ La semana que viene te espero en la granja, he de hacerte un pedido, en persona”

Diosssssss, cómo la deseo, y que dolor de huevos me ha dejado….. aunque veo que le ha gustado el regalo que le envié...

Bella, cariño............

lunes, 13 de julio de 2009

En tu piel

Soy capaz de ponerme en tu piel, ¿el porqué me gusta tanto hacerte disfrutar? Porque para hacerlo, imagino lo que sientes y a la vez disfruto yo….


Te imagino con los ojos tapados, sobre la mesa, sin saber qué voy a hacer, sorprendida, desnuda totalmente, observo como tus pechos están erizados, como tus piernas se entreabren sin imaginar lo que les va a suceder.

Tu visión es la oscuridad, simplemente, no ves nada, escuchas mis pasos, hueles mi colonia, sientes como mi respiración se acelera por momentos al excitarme con tu visión, al tenerte para mi.

Acaricio tus pies, subo poco a poco por tus piernas, hasta rozar tu sexo, te estremeces, sigo subiendo, tu cintura, tus pechos, tu cuelllo, tu cabeza, me aparto, esperas…

Mis dedos se deslizan sobre tus labios, entreabres la boca, paseo mis yemas por la punta de tu lengua, por el interior de tus labios carnosos y rojizos, voy bajando por tu cuello, mientras mi lengua roza tus pezones duros, siento cmo te vuelves a estremecer, me gusta. Mi otra mano acaricia tus piernas, buscando el momento propicio para esconderse entre ellas, anhelando la humedad de tu sexo, hasta encontrarla.

Sin dejar de lamerte, sin dejar de acariciar tu boca, meto mis dedos uno a uno en tu vagina, mojándolos de tus fluidos, los paso humedeciendo tus labios vaginales, sintiendo cada pliegue interior de éstos, haciéndote partícipe con mis dedos de mi excitación reciente, tu no lo ves, pero mi polla ya asoma sobre la mesa, buscándote.

Introduzco nuevamente mis dedos, uno, dos, tres, los cuatro dedos, moviéndolos como si te estuviera follando, buscando cada célula de tu vagina para estimularla hasta el orgasmo. Gimes. Con mi dedo gordo, mientras te follo con el resto, busco ese punto de ti que te vuelve tan loca, tanteo tu clítoris hasta localizar aquél lugar que te hace venirte.

Aprietas tus manos contra la mesa, fuertemente sujeta a los laterales, paseo mi polla por tu antebrazo, notas en tu bello los pliegues inferiores de mi prepucio, quiero que notes mi erección en tu piel, que te imagines lo que viene ahora. Tu preguntas, pero no obtienes respuesta, un simple: -Shhhh. Te hace callar.

Comienzo a sentir como tus fluidos salen de tu interior, mojando la madera, entonces me sitúo entre tus piernas, apoyando mi rodilla sobre la silla, acerco mi boca, aparto tus muslos, observo el preciado manjar, y simplemente mi lengua ataca tu clítoris, ya tengo tu punto, ahora me limito a que sientas mis círculos, mis idas y venidas, mis vibraciones en tu campanilla. Tu orgasmo no se hace esperar, comienzas a mover tus piernas, a gemir fuertemente, a decirme que no pare, que quieres correrte.

Mi sexo ya está empapado, me duele de tanta dureza que ha tomado, la excitación hace que el líquido preseminal comience a gotear, lamo el dulce sabor de tu esencia que embriaga mi paladar, bebo tu caldo prohibido, aquél que sólo sabe bien para mi.


Sin dejar de tocarte acerco mi polla, la meto poco a poco y, subiendo tus piernas sobre mis caderas, te penetro profundamente, dando de si, por completo, la musculatura de tu vagina, sin cesar de mover mi dedo por tu punto g, justo debalo de tu campanilla, ahora tus gemidos son bruscos, te incorporas, te cuelgas de mi cuello, me besas apasionadamente, compartiendo el sabor de ti que hay en mi boca, sujeto tu cabeza, tu nuca, muerdo y beso tu cuello, aprietas tus piernas tras de mi, y te mueves a mi ritmo, sientes como mi miembro se hincha, como toma forma en tu interior, como está a punto de llenarte hasta rebosar, sientes como arden tus entrañas con mi erupción, mi lava abrasa cada milímetro de tu sensibilidad interior, tus uñas se han clavado en mi piel, y tu sexo jamás estuvo tan abierto y tan lleno de mi.

Entre besos, mordiscos, respiraciones aceleradas inalcanzables, el pañuelo se te ha caído, y miras a esos ojos, fíjamente, que tanto y tanto te aman.

- te amo, te amo, te amo…
- Lo se cielo, te correspondo.

Me huelo las manos…. Huelo a ti…. Hoy, nuevamente, soñaré contigo.

Disfruto haciéndote sentir única, disfruto con cada poro de tu piel, disfruto viéndo tus ojos brillar en cada encuentro, amor, a tu lado DISFRUTO.

domingo, 12 de julio de 2009

salida en moto, las deportistas

Ya había pasado dos veces por el mismo lugar, y las chicas me saludaban, me propuse parar a decierles que era mi última pasada en moto. Mi sorpresa vino cuando, en la duda de si paro o no, una de ellas, la rubia que se le transparentaba el tanga bajo sus leggins negros, alzó los brazos haciéndome señas de parar, paré. Ahora ante ella pude fijarme bien, tenían entre 40 y 45 años, la rubia tenía unos pechos bien puestos, grandes, bonita figura, la morena era la más mayor, no muy atractiva, pero con buen cuerpo, la pelirroja, era bastante normalita, pero tanmbien con buen cuerpo. Se presentaron, Mari, Meri y Judith.
Judith, la rubia, me dijo que estaban sedientas, si podía traerles agua. Eso hice, les traje una botella de agua, cosa que no se esperaban, me invitaron a un café, durante el café, comentamos cosas del día a día, hijos (todas) naridos (todas), amantes (una, la rubia), total, que ya vi por donde podían ir los tiros.

Sin duda alguna la rubia me atría, y yo a ella, pues su mirada lo reflejaba, as´que puse un cebo:
-Ahora yo salgo a navegar un rato, si os quereis venir.

Mari y Meri rechazaron la oferta, pues tenía compromisos con la familia, pero Judith, dijo, me encantaría salir un rato, un par de horas, sólo.

Montó en mi moto, y fuimos al puerto, embarcamos, solté amarras, y salimos a motor. A los minutos, puesto que el mar estaba un poco picado, fondeé en una cala, me quité la camiseta y me quedé en bañador. Judith me dijo si podía tomar el sol un rato, y tanto, dije, entonces, mientras se quitaba la ropa de deporte dijo: -Yo no llevo bañador.

Totalmente desnuda, ante mi, saltó al agua, desde cubierta podñia observar su silueta, sus caderas, su espalda, sus pechos flotar al darse la vuelta:- Vienes?

Dejé caer mi bañador al suelo y salté al agua,chapoteamos un rato, apenas nos cgñíamos de las manos y nos empujábamos, intentaba ahorgarme, y yo me dejaba, así podía sentir su piel en los intentos.

Salí del agua, semi empalmado, ella me siguió, estirado en cubierta se me acercó, pasó sus manos por mis piernas, llegando bajo mis testículos, rozó la piel de mi sexo, que comenzó a endurecerse, se estiró a mi lado, y mirando mi reacción, siguió con sus caricias,a cercó su boca, me lamiñó, fue comiéndose mi polla salada por el mar, yo me limitaba a acariciar su melena rubia, la aparté, la abrí de piernas, y la correspondí con una comida de coño intensa, dedicándome en cada pliegue de sus labios, pasando mis dedos por su culo, su sexo, su clítoris, acompañándolos de mi lengua, follándola con ella lo más profundoq ue mi boca podía, y ella, simplemente, se mordía la mano.

Fui subiendo mis caricias, por su cintura, luego por sus pechos y sus pezones endurecidos, después òr sus hombros, acabando en su cuello y su boca, donde me lamía los dedos como si me estubiera masturbando.

Comencé a subir mis besos por su ombligo, su costado, sus axilas, entreteniéndome, ahora, en sus pezones, pellizcando uno con mis dientes, mientras el otro lo hacía con mis dedos, masajeando sus enormes y firmes pechos, a la vez qu rozaba su bulba con mi capullo, bajó su mano, agarrándomela, rozándose el clítoris con ella, metiéndose la puntita y sacándola, y en una de esas suevas entradas, empujé y la penetré hasta el fondo, gimió, y me echó fuera de ella:

- Aquí se folla cuando yo lo diga, dijo ella.
- Te equivocas cariño, es mi barco, y follo cuando y como yo diga.

La volteé bruscamente, pues se resistía, entre comentarios de no podrás y risas, la puse a cuatro patas, abrí como pude sus nalgas, y se echó boca abajo, metí mis piernas entre las suyas, y le susurré al oído: -Es mi barco, y tu estás en él, ábrete para mi.

Con un pequeño gesto abrí sus piernas, y la penetré ligeramente, no puso resistencia, entocnes comenzamos nuestro juego sexual, ella movía sus caderas, y yo entraba y salía de su coño, mientras besaba su nuca, mordía su cuello, lamí su espalda, levanté su culo y puse la defensa del barco bajo su barriga, manteniendo así su culo en pompa. Me aparté de ella un poco, observando su sexo abierto, relajado, mojado de fluidos y agua de mar, sus piernas semiflexionadas, clavando las rodillas, sus pechos al aire, sus codos apoyados pajo su cabeza.

Me puse delante de ella: -Cómeme, y no te muevas.
Comenzó a lamerme, enguyó mi polla, entera, hasta la garganta, mientras se apoyaba con una mano, y con la otra me apretaba los huevos: -qué bien sabes chico,.

Acerqué mis manos por su espalda, hasta su culo en pompa, metí mis manos entre sus nalgas, acariciando su ano, su raja, mojando mis dedos, metiéndolos en su culo, masturbándola por detrás, cuando sentí que me estaba llevando al no retorno, me levanté, me puse tras ella, agarré sus cadera, y la follé, bruscamente, a fondo, sujetando la defensa del barco con mis manos para hacer más fuerza y llegar más adentro.

Ella gemía, gritaba, me insultaba, pero eso me ponía más cachondo, su coño estaba abierto, su ano también, la saqué y la enculé,: -Noooo. Dijo, pero era ya tarde, la había penetrado analmente.
-Lo siento.
-Ahora no pares, sigue.

Se movía como una perra en celo, su culo se levantaba, con sus manos se abría las nalgas, y yo me apretaba a ella, cuando comencé a tener mis espasmos, sus manos buscaron las mías, mi tiró sobre ella para notar mi pecho en sus espalda, y su boca buscó la mía mientras mi corrida inundaba su culo, mis huevos golpeaban su clítoris, y nuestras lenguas se abrazaban.

Cuando acabé, me aparté, se puso sobre mi: -yo sigo con ganas, guapo.
Se la metió en el coño, y se estiró sobre mi pecho, moviéndose poco a poco, y gimiendo sin parar… besándonos… la dejé hacer durante que mi polla se mantuvo dura, y sentí su orgasmo nuevamente sobre mi.


Ha sido un domingo…. DIFERENTE.

sábado, 11 de julio de 2009

CONCURSO DE MINI-RELATOS


BUENOS DÍAS BELL@S
Al igual que a Bella....... también me han propuesto presentarme a un concurso de mini relatos eróticos , sin ningún animo de lucro, el premio será publicar el mini relato conjuntamente con otros 50 , elegidos por un jurado popular , eso es lo que me ha animado . Me encantaría que fuerais vosotros los que decidierais que relato os ha gustado más, a lo largo de estos 6 meses que el blog de LOs RELATOS existe. Gracias a vosotrAs y vuestra aceptación este blog sigue en activo, así que sois vosotrAs los que tenéis la decisión final.


Bueno, pues eso, que me gustaría que me dijerais qué opinais, cuál es el relato que más os ha gustado de todos, y ese mandaré al concurso.


Gracias a tod@s las BELLAS del lugar...

jueves, 9 de julio de 2009

La gran masajista suplente


Ayer por la tarde llegué, como siempre, a mi sesión de masajes, pero mi amiga, tan fantaseada, no estaba, estaba una chica algo más mayor, de trentaitantos largos, alta, casi como yo, entrada en kilos, no se cuantos, pero bastantes, con unos pechos grandes, bien puestos, y con una cintura no muy ancha. Bueno, del tipo de chicas que me miro, pero que no suelo entrarlas, me puse sobre la camilla, y ella se acercó.

Olía a incienso, la luz de las velas invitaba a cerrar los ojos…

Estuvimos charlando sobre la ausencia de su compañera, sobre las buenas manos, el saber hacer, etc, pero en cuanto me puso las manos encima, me olvidé de mi anterior fisio, esta mujer tenía unas manos divinas, un tacto, una fuerza en los momentos necesarios, una forma de transmitir energía… diferente.

Cerré los ojos, y disfruté de sus manos y de su agradable conversación, me cayó muy bien, y quedamos en tomar un café a la salida, puesto que yo era su último cliente.
Salió del centro, se me caía la baba, vestía pantalones tejanos, ceñidos, y una camiseta de tirantes, sin sujetador, que permitía disfrutar del magnífico panorama de su escote. Charlando en la cafetería, nuestras miradas se cruzaban sin cesar, y se me iban los ojos a sus pechos, miraba sin cesar sus grandes pezones marcados, “gracias” al aire acondicionado del lugar, entonces puso su mano sobre la mía, y me dijo:

- ¿Te gusta lo que ves?
- Pues la verdad, si, mucho.
- A mi también me gusta lo que veo, ¿puedo probarlo?

Antes de que pudiera contestar, sus carnosos labios se habían posado sobre los míos, y sus manos sobre mis brazos, la sujeté de la nuca, acariciando su pelo, su cuello, cerrando mis ojos, sintiendo su lengua, su boca, su fuerza.

- Ven, acompáñame.

Volvimos a la consulta, abrió el candado, quitó la alarma, y de la mano me llevó al fondo del local. No dejamos de besarnos a cada instante, apoyados contra la pared, devorándonos sin cesar, pero yo pensaba en que aquella chica, en que no era como las que habitualmente me llevaba a la cama, eso me frenaba, pero su sabor era intenso, sus labios me tenían hipnotizado, me dejé llevar.






Me desnudó, completamente, me empujó atrás, sobre la camilla, ella se fue desnudando poco a poco, mirandome, con una mirada de zorra que hacía tiempo que no veía, esa mirada me puso muy caliente, me fui empalmando, ella me miraba y sonreía, se acercó, acarició mi polla, sentado sobre la camilla, la besé, sus pechos apretaban sobre el mío, mis manos buscaban en cada rincón de su piel un lugar donde meterse, me levanté, la senté en la camilla, me agaché y lamí su sexo, sus manos me cogían la cabeza, me guiaba, me recordaba a alguien… se acariciaba el clítoris, me decía: -aquí, cómemelo. Chupaba su campanilla, lamía sus vagina, sus manos me hacían volver una y otra vez a su clítoris, gemía, y mi polla estaba durísima, me levanté, me acerqué y se la metí, hasta el fondo, estaba empapada, mis embestidas eran bruscas, me costaba llegarle al fondo, sus piernas me rodeaban, no dejaba de acariciar sus pechos… a cada embestida ella se abría más y más, la hacía sentirme, cada vez que la penetraba, escuchábamos nuestros fluidos moverse, nos reíamos de ello, pero eso a mi me ponía más cachondo.




Me apartó, se levantó y se puso sobre una banqueta, apoyó sus manos en ella, una rodilla, y la otra pierna en el suelo: - No te quedes ahí mirando, ¡fóllame, no me rompo!

Me acerqué a ella masajeándome la polla, manteniendola bien dura, miraba su culo, redondo, su raja bien marcada, con poco pelo, su ano abierto, sus fuertes piernas, su espalda deseable. No sabía por donde empezar, así que hice lo clásico, la sujeté por las caderas, apoyé mi polla en su raja, y suavemente comencé a entrar, - no me rompo, ¿reduerdas?
Se la clavé a fondo, con rabia, una y otra vez, la follé a lo bestia, cogiendo sus tetas, tirando de su coleta, sujeto a sus hombros, se abría y cerraba a mi paso, la polla me ardía al sentir sus líquidos fluir sobre mi nabo, y notaba como mi orgasmo comenzaba a llegar.

- Me voy a correr preciosa
- yo ya me he corrido Jordi

Esa posición era cómoda para mi, mis testículos estaban apretados, mis piernas ligeramente abiertas, mis brazos marcaban el ritmo del polvo, sus piernas temblaban, ssu gemidos se habían convertido en gritos de placer, y yo sentía como mi lava comenzaba emanar.
Exploté, de forma muy abundante, llenandola, sin dejar de meterla y sacarla, haciendo que nuestros fluidos gotearan sobre el suelo, manchando la alfombra, entonces me agaché, metí mi boca en su coño, y lamí los caldos que acabábamos de generar, después de unos instantes, me puse delante de ella, me senté en la banqueta y ella me rebañó lo que quedaba sobre mi sexo.

Disfruté mucho con ella, se lo dije, pero me frenó cuando pedí repetir, pues está casada y tiene un hijo, así que nuestros encuentros se tendrán de limitar a ese local, al menos durante que le dure la suplencia.
Nunca he tenido en cuenta el físico de una persona, y menos el de una mujer, y cada vez estoy más convencido que la felicidad está en cómo se acepta cada cual a si mismo, al prójimo, y en la forma de transmitirlo a los demás.
Este es un homenaje a las grandes mujeres, con curvas, kilos de más, y fuera del estándar que marca la industria de la moda, recordad, sois sexys, si os creeis sexys, y yo me giro cuando veo a una mujer SEXY !!!
Y tu, si tu, que me lees, que sabes realmente que soy así, ¿a qué esperamos a disfrutar de la vida?

miércoles, 8 de julio de 2009

Cuando te vas






Estás en la ducha, observo como te relajas bajo el agua caliente, me quedo estirado en la cama.

Sales del baño con la toalla en tu pecho, y te miro mientras te vistes, te maquillas, te pintas los labios mirandote al espejo, y te perfumas. Me gusta observarte, escudriño cada detalle, cada movimiento, me gusta verte.

Tu último beso, no es deseado, pues no quiero que sea el último, sales de la habitación, me quedo solo, me estiro en la cama, abrazo la almohada y te huelo. Apago la luz, después de charlar contigo por teléfono, mientras llegas a casa, cierro los ojos, desnudo, tapado con la sábana arrugada.

Acerco mis manos, acaricio mi sexo, las subo a mi cara y me tapo con ellas, aspiro el aroma a ti que ha impregando toda mi piel, disfruto recordando cada instante, cada escena, revivo los sentimientos, las sensaciones.

Entonces, poco a poco, cierro mis ojos, me relajo, me dejo llevar más allá, te veo, cojo tu mano, y nos vamos a volar en ese sueño tan lindo.

Me gusta mirarte, me gusta recordarte, cuando te vas, nunca me quedo solo, siempre estás comigo.

lunes, 6 de julio de 2009

Después, en la ducha



En ese hotel, extasiados de tanta pasión, y relajados ahora los dos, sintiendo el agua caer sobre nuestros cuerpos, abrazados....

Mi polla no se ha calmado...

Me agacho, y me tumbo en la bañera, el agua pica fuerte sobre mi, y la vision de tu coño entre tus piernas, colorado, sin apenas pelo, jugoso... me excita, cojo tus manos y te hago agacharte, en cucliyas sobre mi, de tu coño gotea una mezcla de agua, jugo vaginal y semen, empalmado te penetro, y gimes, penetro nuevamente, y me miras a los ojos, te levantas y te giras, ahora solo veo tu culo, y, te agachas, te la metes dentro.



Viéndote la espalda, y mi polla entrar y salir de tu culo me excito, te mueves, me follas con ganas, te sujetas a los bordes de la bañera, y sigues metiendotela, me falta poco para correrme de nuevo, entoces te hago levantar, cojo la toalla y salgo, te saco de la ducha y te tapo con ella, me siento en el WC, y te miro, mis manos te buscan bajo esa toalla que tapa todas tus zonas erógenas, te acerco a mi, apoyada en el mármol subo una pierna tuya sobre mi hombro y te como el coño, lamo y muerdo ese clítoris que tanto me excita, lo como, te siento mojar... te acerco más y te siento sobre mi polla, te follo, la toalla se cae y veo tus pechos, mientras me como esos pezones que me enamoran, sientes como me falta poco, sujetas mis hombros y mi cabeza entre tus pechos, te mueves con locura, sientes mi polla estallar dentro de tu coño, mi semen impregna tu interior y el calor de la corrida hace que grites y te muevas con más fervor, sigues exprimiendome dentro tuyo, aun habiéndome corrido, no estas saciada... sigues con esos movimientos.... sigues frotando tu clítoris en mi sexo... sigues.... corriendote... sigo duro, te gusta... me besas, te beso, te siento, no te alejes....

La Camilla

Tumbado boca abajo, vestido, siento como me saca los electrodos de la espalda, sube mi camiseta y unta la crema, comieza su masaje, con dos manos aprieta los tendones y músculos de mi zona lumbar, siento como se aprieta mi sexo contra la camilla.

Ella, mi fisioterapeuta es una chica de unos 22 añitos, guapa, con pechos pequeños pero pezones contínuamente marcados, gracias al fresco del aire acondicionado de la sala.
Tiene unas caderas anchas, con una cintura fina, viste pantalones blancos donde se transparentan las bragas oscuras, me gusta mirar de reojo su culo bien definido. También un polo azul con el anagrama del centro.

Cierro los ojos, y la imagino, que sus manos me acarician, que sus dedos se esconden cada vez más abajo, rozando mi culo, lo cual me excita enormemente, siento como mi sexo comienza a endurecerse, y la sigo imaginando…

Ahora sus manos ya entran bajo mi cintura, masajeando los riñones, llegando a mi marriga, en algún movimiento sus dedos rozan la punta de mi polla que ya ha salido, de la presión, de mi boxer:

- ¿Estás bien?
- ¿Podría estarlo mejor?
- Si tu quieres.

Me doy la vuelta, mirando sus ojos de asombro al ver mi polla exageradamente dura aparecer, sus manos no se apartan, me acaricia, me mira, la saca del todo, me vuelve a mirar, y se agacha, acerca su boca, pasa la punta de su lengua por los pliegues de la parte inferior de mi sexo, sin soltar los testículos de su mano, la otra acaricia mi pecho recién depilado.

La acerco a mi, la beso, me levanto y me pongo tras ella, la agacho sobre la camilla, meto mis manos bajo su polo llegando a sus pechos, bajo el sujetador y los saco por encima, pellizco sus pezones, acaricio su piel, le hago notar mi dureza en su culo, lo mueve, en círculos, arriba y abajo, con una mano se baja los pantalones, yo me agacho y con mis dientes, sin dejar de acariciar sus tetas, bajo las bragas.

Meto mi boca, comienzo a lamer su culo, morder sus nalgas, follándome ese coñito con poco bello con la lengua, empujándola más y más sobre la camilla, me lenvanto empalmado, la coge con su mano, y mirándome de reojo la mete dentro suyo, su coño cuesta de abrirse, no está muy mojada, pero pronto pongo remedio, subo su pierna sobre la camilla y la otra en el suelo, cojo el pote de vaselina de masaje, y echo un chorro abundante en su raja.

Acerco mi polla y comienzo a apretar, observo como los labios vaginales se van dilatando, puedo notar como el calor de su sexo se apodera de mi, le hago sentir el volumen de mi polla abriéndose hasta el fondo.

Ella clava sus uñas en la camilla, sujetándose fuerte para soportar mis embestidas, subo yo también una pierna, sobre la suya, ahora mi penetración es realmente profunda,c on mi peso la aprisiono y la fuerzo a sentirme, apenas puede, simplemente, mover su cadera, entonces es cuando comienza a gemir, echándo su mano atrás, me aparta, se da la vuelta, se quita el polo y el sujetador, se agacha, agarra mi polla y comienza a pajearme y comerme hasta conseguir de mi una corrida que la salpica toda la cara, los pechos, sigue hasta que de mi sale la última gota, la cual lame con la punta de su lengua y con sus manos frota el semen que la tiene empapada.

Los siguientes días… la he imaginado sin cesar.


domingo, 5 de julio de 2009

La rubia, la morena y yo



Estabamos los dos solos en casa , besándonos en el sofá, y sonó el timbre.

- Es tu sorpresa Jordi.

Abrió y entró, hacía tiempo que no sabía de ella, semanas sin hablar, y la morena me había traido a la rubia. Eso no me lo esperaba, no me imaginaba que se conocieran, siquiera.

Entró, y los dos besos en la mejilla me supieron a poco, ella se dio cuenta y no dejó de mirarme a los ojos. Estuvimos hablando los tres un buen rato, sobre el trabajo, el día a día, etc.

En un momento, Natalia sacó el tema de las relaciones liberales, y de que ese era un planteamiento que jamás había aceptado, pero que comprendía, entonces se fueron al baño las dos, como buenas chicas.

Al rato, después de haberles preparado unas copas, poner música, incienso, luz tenue, entraron en el salón, las veía diferentes, sonriendo sin parar, unas miradas de complicidad al sentarse cada una a un lado, que me ponían nervioso.

Natalia puso la mano sobre mi pierna, y se acercó a mi, besándome con pasión, introduciendo la lengua en mi boca, buscando la mía, me gustan esos besos, pensaba yo justo en el momento que otra mano se puso sobre mi otra pierna, y luego otra en la espalda, acariciandome la nuca, me giré, y Bella me besó, Natalia no dijo nada, simplemente, se limitño a acariciarme.

Era el sueño de cualquier hombre, dos mujeres para él, una rubia y una morena, a las dos las conocía bien, íntimamente, pero siempre me había negado el deseo de un trío, esta vez, me habían sorprendido.

Bella se desabrochó la blusa, y rápidamente dejó al descubierto sus enormes y hermosos pechos, acerqué mi mano, y los acaricié, a la vez que Natalia hacía lo propio, quedándose desnuda del todo, mientras que Bella me desnudaba a mi. No sabía que hacer, por donde empezar, entoces Natalia cogió mi mano, y la acercó a su sexo, de rodillas en el sofá, a mi derecha, abierta, acompañando mi mano que la comenzaba a penetrar, acariciando los pliegues de sus labios vaginales, introduciendo mis dedos en su humedecido coño, mientras que Bella me besaba, y se desnudaba del todo, también.

Hice lo mismo, metí mi mano entre sus piernas, las dos de rodillas, abiertas, una con el pubis rasurado, y Bella con un detalle de pelo, a lo brasileño. Notaba el clítoris de Bella inflamado por la excitación.

Acercaron sus manos a mi polla, que se mantenía blanda, mientras una acariciaba mis testículos, la otra comenzaba a masturbarme, acercando su boca mientras mi sexo se endurecía por momentos. Natalia se agachó y con prisas engulló mi polla, se la metió entera en la boca, lamiendola con su lengua, besando cada rincón de mi piel, bajando hasta los huevos, meneándomela a la vez que la tragaba, Bella me echó atrás, estirado en el sofá, y se sentó sobre mi cara, como si quisiera hacer un 69, mientras Natalia me devoraba entre mis piernas.

Lamía el dulce sabor de su entrepierna, disfrutando de cada pliegue de su sexo, lamiendo los labios vaginales, metiendo mi nariz en su vagina mientras comía su clítoris, a la vez que una mano acariciaba sus pechos y la otra mantenía a Natalia dedicada a mi polla. Lamía el ano de Bella, mordisqueaba sus nalgas, ella me cabalgaba en la cara, follándo mi boca, sentía como la excitación iba subiendo, como los fluidos de Bella me llenaban el paladar, engullendo su esencia, se agachó y acompañó a Natalia en la mamada, ahora notaba como sus movimientos hacían que mi lengua frotara su clítoris para correrse, cosa que hizo en breve, clavándome sus uñas en la cintura y mordiéndome en la base de mi nardo, mientras Natalia seguía succionandome.

Sus manos les acompañaban, provocándome, entre sus bocas y sus perfectas manos, un orgasmo que comenzó a salpicar sus caras, sus lenguas y sus bocas abiertas para recibir mi explosión, lamían las gotas de semen de mi tronco, rozaban sus lenguas, incluso se lamieron entre ellas sus labios.

- Jordi, ahora fóllanos.

Natalia se apartó de mi, se apoyó en el respaldo del sofá, con el culo en pompa, Bella hizo lo mismo, a su lado, me costaba ponerme de nuevo firme, así que comencé a comerme el culo de Natalia, metiendo mi lengua en su ano, pasando por su coño, mientras acariciaba entre las piernas empapadas de Bella, y en cuento me empalmé, ensarté profundamente a mi morena, con una manola sujetaba de la cintura, sin dejar, con la otra, de masturbar a Bella. Luego cambiaba de chica, follándo a Bella, penetrándola una y otra vez, pasando, entonces, mi mano por el coño de Natalia, metiéndo mi dedo gordo hasta sus entrañas, sintiendo su intimidad en mi mano.

Entonces Natalia apoyó sus tetas sobre el respaldo, bajó sus manos y abrió sus nalgas:
- Jordi, fóllame por detrás.

Noté ciertos celos con Bella, pero lo encontré lógico, volví a sus caderas, presenté mi capullo a su ano, mojado de sus fluidos, comencé a introducirlo, mientras Bella me la agarraba con la mano para dirigirla, no entraba suave,a síq ue la saqué y la metí en su coño, bien empapada, volví a intentarlo, esta vez entró suave, Bella me miraba fijamente y sonría, sabía que me gustaba mirarla, clavar mis ojos en los suyos mientras follábamos, aunque esta vez no era ella quien me recibía.

No quitaba su mano de mi sexo, cuando penetraba a Natalia, me apretaba fuerte, y luego me soltaba, no quería que me corriera, quería recibirme ella. Natalia comenzó a gemir, la sujeté del pelo, la levanté hacia mi, giré su cara, y comencé a besarla, sin dejar de penetrarla, quité la mano de Bella y la acerqué a nosotros, turnaba mis besos entre ellas sin dejar de clavársela por detrás, metiendo mi mano en el culo de Bella, masturbándola con mis dedos, entonces Natalia comenzó a gemir, la puse a 4 patas y seguí embistiéndola, acompañando su respiración con mis embestidas, apoyé a Bella contra el respaldo, y en cuanto Natalia quedó exhausta sobre el cojín, me dediqué en pleno a Bella, la penetré, deseaba volver a llenarla, hacía tanto tiempo de la última vez…

Ella disfrutaba de aquella follada, la aparté, le di la vuelta y la puse ante mi, con sus piernas sobre mis hombros, abierta, mirandonos a los ojos durante el polvo, mientras Natalia se incorporaba, se ponía de pie a mi lado, mirando nuestros sexos follarse, y me acariciaba la espalda, me gustaba ver como los grandes pechos de Bella se movían como flanes en cada golpe de mis caderas, eso me excitaba, sus pezones erizados, su boca entreabierta, su coño hinchado, mi mano, nuevamente, apretando el culo de Natalia, sus labios buscando los míos, cuando no pude más, exploté gimiendo, haciendo ruido, acelerando mis movimientos, Bella gemía también, delatando su orgasmo, y Natalia se agachaba a mi lado para que acabara en ella, lo cual hice, saliendo de Bella, y dejando parte de mi corrida en el coño de Natalia…

…Entonces… de repente… desperté, y me di cuenta de que todo aquello había sido un sueño muuuuy intenso pues mi entrepierna estaba mojada, muy mojada.