miércoles, 31 de diciembre de 2008

La habitacion de la niña

Desde que tuve a mis gemelos la vida sexual entre Javier y yo ha sido un poco el famoso rapidillo donde se puede y cuando se puede, pues por las noches los dos estamos agotados como para grandes faenas. Pero una mañana Javier regresó del despacho más pronto de lo esperado, mis gemelos acababan de comer y dormian en sus cunitas en nuestra habitación, y yo estaba haciendo la cama de Lucia, nuestra hija mayor, una de esas camas tipo nido, elevadas, con cajones y mesita debajo.

Llevaba puesta una bata, y debajo un camisón, de los que suelo utilizar para dormir, justo cuando encallaba la colcha en el lado de la pared, apoyada totalemente sobre el colchón, sentí unas manos recorrer mi espalda, me sobresalté por no haber escuchado a nadie, e intenté incorporarme, pero no me dejó, cuando quise girarme, él me tapó los ojos con algo de tela, parecía una corbata, pero no podía ver nada.

-Shhh, quieta.

Era él, sentí sus manos apretando mi cabeza contra el colchón, acariciando mi cintura, mis nalgas, noté como se agachaba detrás de mí, y sus manos rozando la piel de mis piernas, primero por el exterior, y al llegar a los tobillos subiendo por el interior, hasta detenerse ante mi sexo, acariciando mis labios vaginales, descubiertos, pues todavía no me había vestido, sentí como su boca se acercaba a mi entrepierna, sus barba recién afeitada por la mañana rascaba la piel de mis nalgas, y su lengua se introducía en mi culo, posteriormente en mi sexo abierto por el efecto de sus dedos juguetones, y de lo mojada que ya me encontraba, dos dedos suyos buscaban desesperadamente los pliegues de las paredes internas de mi vagina, mientras con la otra mano acariciaba desde delante mi campanilla humedecida, su lengua subía hasta mi cintura y bajaba recorriendo toda la raja de mi culo, me estaba mojando totalmente, pues sus dedos en mi clítoris me volvían loca, sentí como me iba, como mis liquidos comenzaban a fluir de mis entrañas, empapando por completo su mano dentro de mi coño.

Gemía, y no podía controlarlo, mi culo en pompa deseaba ser penetrado salvajemente, relajada noté como su lengua lamía mi ano, haciendo círculos, e introduciéndose suavemente unos milímetros en mi interior, se levantó, y noté como su durisima polla se apoyaba en la entrada sagrada de mi culo, dudé, pensé que me forzaría a hacerlo, pero simplemente se frotó sobre mi agujero, mojándolo con sus primeras gotas de semen y masturbándose entre mis nalgas. Él sabe que lo haré cuando esté preparada, no a la fuerza.

Sentí sus dedos cuidadosos salir de mi coño, derramando mi esencia por mis piernas, luego sus manos entrando por debajo del camisón, la piel suave de sus brazos depilados hasta alcanzar mis tetas aprisionadas contra la cama, levanté un poco mi pecho, para dejarle espacio y sentir sus caricias en mis pezones, sabía que le encantaba apretarlos mientras colgaban y se meneaban con sus embestidas, k yo ya deseaba.

Entonces con sus pies abrió mis piernas, y sentí su capullo abrise paso en mis carnes, me sujeté con fuerza en el colchón, pues no quería perder ni una sola sensación de lo que vendría ahora, entonces sentí como el calor de su tranca ardía en mis entrañas, se cogió a mi pelo, tirando con fuerza hacia él y desaciendo el nudo de la corbata, y tras unas suaves embestidas, un entrar y salir cuidadoso, explotó, bombeando con fuerza todo su semen en mi interior, haciéndome apretar las piernas contra su sexo, provocando que perdiera el control, gimiendo fuertemente sin pensar en que podía despertar a los niños, empujándome contra la pared para sentir su polla al máximo, su orgasmo se alargó un rato y mi corrida se hizo inminente, pero yo quería más, deseaba más de él, quería ver su rostro de placer.

Le aparté de mi culo, me puse frente a él besándolo con pasión, apoyado en la cama me agaché, acaricié su polla semidura entre mis manos mientras le miraba con ojos de puta deseosa, y se la comí, limpiando todo resto de jugos mezclados nuestros, eso le encanta, me entretuve con sus testículos y su cipote en mi boca, lo masturbé con mis labios hasta que volví a notar que se endurecía, entonces le tiré al suelo, sobre la alfombra, entre los cojines de la niña, me senté sobre él en cuclillas, cogiendo su polla y metiéndomela en mi coño ya empapado.

Mientras sentía como me volvía a llenar cada rincón de mi vagina con su tranca, subiendo y bajando mi culo, follándomelo como me apetecía, apoyé mis rodillas en el suelo, subí mis manos por su pecho, acariciando sus pezones, y llegando a su boca, allí introduje mis dedosjugando con su lengua.
Sin dejar de moverme sobre él, sintiendo como la punta de su nabo exploraba muy adentro mío, sintiendo como volvía mi orgasmo, bajé una mano arañándole, hasta mi clítoris, masturbándome yo, cerré los ojos, y me dejé llevar, suavemente frotándome sobre él, hasta que volvía a sentir su explosión de lava candente quemar mi sexo, ahora era él quien gemía, el placer se tornaba en dulce dolor, yo no paraba, no quería parar, deseaba exprimir su esencia hasta la última gota, y después de su corrida, me mantuve sentada, moviendo mis caderas y gimiendo un buen rato, saboreando el suave roce de nuestros sexos con su polla blanda en mi interior, descargué mi última gota de vida sobre su piel, desvaneciéndome hasta adormecerme sobre sus labios, y relajarme junto a él, mi amante fiel.

5 comentarios:

  1. mmmmm. me recuerda a mis tiempos no hace mucho cuando lo haciamos de esa manera. Encantador relato, real y tradicional.

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  2. La pasión no entiende de lugares y formas, a veces en lo más cotidiano se encuentra algo que nunca se había planteado...

    Me encanta cuando mi pareja me hace imaginar este tipo de situaciones, para relatarlas, y luego ponerlas en práctica.

    Gracias por tu apoyo Rosi, y Feliz Año Nuevo.

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  3. Feliz año a usted también!!

    Me gusta su blog, pasaré por aquí de vez en cuando, si el tiempo libre lo permite ;)

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  4. COACH Paco Bailac4 de enero de 2009, 4:41

    La pasión debe reforzar la voluntad de la ética.
    ¿cpnpces el coaching?


    pacobailacoach.blogspot.com

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  5. Feliz año Theysa, y Sr Bailac.
    Son bienvenidos siempre que lo deseen a este lugar de la imaginación.
    No conozco el coaching, Sr Bailac, aunque considero que la ética y la pasión no tienen nada en común, la pasión es un mundo aparte. La ética no entra en este juego.

    Gracias por seguirme.

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