lunes, 22 de diciembre de 2008

Ainhoa, El amante

Llevaba tiempo chateando con ella, el deseo era enorme, ya no podíamos más, decidimos preparar un encuentro, así que le dije que ella lo organizara todo.

Ella me recogió en el aeropuerto, sólo me dio dos besos, uno en cada mejilla, y un saludo nervioso, yo me limité a devolver los besos, y decirle: -tranquila.

Montamos en el coche, ella sacó un pañuelo, y me dijo:
-Te prometí algo especial, tendrás algo especial.

Las dudas apoderaron mi mente, no sabía qué decir. Me tapó los ojos. Después de unos minutos en coche por la ciudad, se detuvo, bajó, abrió mi puerta, tomó mi mano, y me hizo acompañarla. El repicar de sus zapatos delataba que llevaba tacones, tal como le pedí para nuestra cita. Montamos en un ascensor, allí, le pregunté qué tal estaba, y ella me calló con un beso, un beso largo, húmedo, profundo, su lengua buscaba la mía, sus manos sujetaban mi nuca, no sabía qué hacer, tantas semanas conociéndonos y ahora la tenía besandome, y yo inmóvil.

La cogí de la cintura, la apreté a mi, y seguí sus besos, mis manos apretaban su cuerpo hacia el mío, su cadera apretaba la mía, en busca de sentir mi excitación bajo el pantalón, y la encontró.

No se qué planta era, pero la seguí, abrió una puerta y el aroma a vainilla entró por ni nariz, había poca luz, pues no podía entrever absolutamente nada, comenzó a desabrochar mi camisa, mis pantalones, besandome de vez en cuando, sin permitir que mis manos la acariciaran. Sus labios mordían mis pezones, sus manos acariciaban mi piel, y mis manos en la espalda, tal como me había ordenado.

Seguí sintiendola por mis piernas, y la vergüenza me arrollaba imaginando el paquete que debía marcar en ese momento, sólo con slips, y esa mujer ante mi, sin saber lo que hacía.

Me besó, y dijo: -te toca, pero sin manos.

Comencé besándola, mordiendo sus labios, su cuello, su nuez, mordiendo su nuca, caminando a su alrededor,c on mis manos en la espalda, ella se estremecía, notaba como su piel se erizaba.

-desabróchame.

Acerqué mis manos, palpando en busca de una cremallera, o botones, y encontré lo primero en su espalda, la bajé hasta la cintura, aparté unos tirantes, y noté como el vestido caía sobre mis pies.

Besé aquella espalda de piel perfecta, imaginé que llevaba un corpiño, fui bajnado poco a poc para que sintiera mi aliento, seguí bajando hasta el tanga, su culo ante mi, lo mordí, sedió la vuelta y me dijo: -quítamelo.

Desabroché el liguero y dejé caer al suelo el tanga, metí mi cabeza entre sus piernas, sintiendo su pubis rasurado, en mi boca, saqué mi lengua y lamí el comienzo de su raja, luego seguí lamiendo su piel, las piernas, la cintura, pero no pude más, y me incorporé, me quité el pañuelo, y la pude ver, preciosa, el conjunto de ropa interior negra le quedaba genial, sólo por verla asi, valía la pena el viaje.

La habitación era de un hotel, unas velas encendidas, y música suave que nos acompañaba. Me empujó atrás, y me dijo: -has hecho trampas, así que ahora casitgado. Sentado me arrancó el slip, dejando mi sexo ante ella, se acercó, puso una pierna a cada lado, y de pie ante mi se agachó hasta tener mi polla entre su vientre y el mío. Sus besos no me dejaban apenas respirar, y sus movimientos me masturbaban.
La sujeté del pelo, tirando atrás, y le dije que la deseaba, que quería hacerla mía, se levantó un poco y aceptó que la penetrara, cerró los ojos, mordió su labio inferior, y se quedó inmóvil.

-Debes aguantar, esto no ha hecho más que comenzar.
-Yo no aguanto más, llevo meses deseándote.

Puse mi cara entre sus tetas, lamiendolas, mordiendo sus pezones, sintiendo como se estremecía a cada pequeño mordisco. Sujentando fuerte sus caderas, abriendo sus nalgas, metiendola hasta el fondo, pero sin dejar de besarla, mirándonos a los ojos, seguíamos nuestro ritmo, y la deseaba, y se lo hice saber.

-Deseo sentir tu explosión.

Eso me puso a cien, aceleré el ritmo, y dejé que ella hiciera, se apoyó atrás en mis rodillas, ante mi su pecho, su vientre, su sexo, mi mano entre sus piernas acariciando su clítoris.
No pude más, la traje a mi, la abracé, y mirandonos a los ojos, mviendo sólo nuestra cintura, nso corrimos, dejamos que nuestro ardor inundara su sexo.

Se levantó y marchó al baño, dentro me llamó.

El agua caía, estaba metida en una cabina de vapor, desnuda, me acerqué y entré con ella, su piel mojada, el pelo liso, oscuro, sus pechos dejando caer el agua ante mi, cerró la puerta de la cabina, se sentó, a la altura de mi polla, y se la metió en la boca, toda entera, mirandome con ojos de deseo, sujetando su cabeza, comencé a moverme, dentro y fuera, como si fuera su sexo, ella chupaba, y acariciaba mi carne.

Ella también se movía, tenia una mano en mi sexo y otra en el suyo, se estaba masturbando, pero yo no podía permitir aquello, así que sujeta del pelo, tiré arriba, la besé, le di la vuelta y me senté yo, su culo sobre mi berga, sus caderas dispuestas, y mi polla erecta, la hice caer hasta penetrarla, apoyada en sus rodillas, sus movimientos eran rítmicos y acelerados, la dejé hacer, dejé que marcara ella el ritmo, pues en breve lo iba a cambiar yo.

Cuando sus gemidos eran fuertes, la paré, ensartada a fondo, arañé su espalda, la levanté, me di la vuelta y la apoyé contra la pared, la penetré nuevamente desde atrás, abriendo sus nalgaspero esta vez iba a sr hasta el final, metí mi mano entre sus piernas, notandola ardiente, y la otra en su boca, mientras me mordía los dedos, noté como se cerraba de piernas, entonces se empujó en la pared aprisionándome entre el vidrio y sus caderas, marcando el ritmo poco a poco más acelerado, mirando atrás de reojo, y gimiendo sin cesar, susurrando que se estaba corriendo, y yo a punto de explotar, así que cogió mi mano, y apretándola moviéndose rápidamente hizo que mi semen saliera a borbotones dentro suyo, rebosando su coño de nuestros fluidos, mientras el vapor nos hacía sudar, seguía exprimiéndome hasta que el placer me era doloroso, pero ella no paraba, sólo decía una cosa: -Maravilloso.

Dulce tentación

4 comentarios:

  1. Te has superado, este relato es genial. Te felicito, de verdad eres un gran escritor.

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  2. mmmmmm...... el del ascensor en buenísimo, este parece un poco forzada la situación, me ha costado ver el tema.

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  3. Natalia, eres una mujer muy exigente, pero tienes razón, este ha sido un poco forzado, intentaré corregirlo, sigue así, las críticas son herramientas de mejora.

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  4. Abre la ventana del ensueño y recréate en su jardín, recuéstate en el lecho de la ensoñación, y flota en el ambiente inexistente del sentir, moldea suave y profundamente una imagen, un ser, una esperanza, una alegría, una ilusión, es fuerte cuan pesada somnolencia, es furtiva cuan suspiro enamorado, es versátil como aroma en primavera, o lejana como el horizonte sin fin, deliciosamente dulce como la miel de unos besos, como el calor de unos brazos, como el sudor de un cuerpo, como la tibieza de un ser.
    Simplemente EL AMANTE.

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