jueves, 5 de febrero de 2009

La Sorpresa, la despedida el día de su cumpleaños.

Bajamos por el ascensor, mirándonos en el espejo, uno al otro, sin decir ni una sola palabra, simplemente, sonriendo.

La cojí de la mano, y caminamos por el oscuro párking del hotel, se abrazó a mi:

- Me gustas.
- Te quiero.

Abrí las puertas de mi coche, nos sentamos y, como siempre hago, antes de ponerlo en marcha, me abalancé sobre Bella, para besarla. Posé mis labios sobre los suyos, en aquél parking desértico, y ella me correspondió con sus manos en mi nuca, paseando su lengua por el interior de mi boca, buscando y jugando con la mía.

Me había vuelto a excitar, esos labios me ponen… ella se dio cuenta, pues los pantalones del traje me delantan cuando me empalmo, acerqué mi mano a su pecho, rozándolo por debajo, dejando un dedo sobre el pezón para observar su erección. Pero ella la cogió, y la acompañó debajo de su falda.

Enseguida noté su tanga empapado, y al apartarlo pude acariciar su coño nuevamente mojado, eso me puso como una moto, comenzó a apretar mi mano sobre sus clítoris, con movimientos circulares:

- Méteme los dedos, mastúrbame, sigo caliente.

Le hice caso, metí mis dedos en su raja, intentando simular mi polla, dentro y fuera, mientras con mi dedo gordo acariciaba su clítoris, lo apretaba, haciendo círculos sobre él, tal como ella me habia enseñado.

- Bella, estoy muy caliente.

Se levantó, salió del coche, miró a la cámara de seguridad y sonrió, entró en la parte de atrás de mi coche, y yo la seguí, allí directamente me puse sobre ella, besándola con pasión, metiendo mi mano entre sus piernas, frotando su coño con mis dedos humedos, y ella procedió a desabrochar mis pantalones, metió su mano dentro, y sacó mi nabo humedecido y tieso.

Comenzó a pajearme, pero yo no iba a aguantar mucho, el verla correrse sobre mi mano me había puesto muy caliente, así que me preparé para explotar, me acerqué a ella:

- No, espera un momento, aguántate.
- No voy a poder…
- Espérame a mi.

Apoyaba su mano en el cristal empañado de la puerta, comenzó a acelerar su respiración, hasta que me miró y me dijo:

- ¡Fóllame!

Apenas pude bajarme algo el pantalón, se abrió de piernas y se la metí hasta el fondo, de una sola embestida la llené con mi carne, sujetada por su cuello, mirándola a los ojos sólo pude susurrar que me iba…

Me corrí volviendo a quemar por enésima vez sus entrañas, ella hizo lo propio, sus fluidos cubrieron mi polla, el calor y el olor sexual de los dos inundó el coche, mis empujes eran continuos, no podía parar de ensartarla, intentando llegar cada vez más adentro, aprisionandola entre la puerta y yo mismo, hasta que caí rendido sobre ella, hasta que perdí todas las fuerzas entregadas en su interior.

De esto hace ya unos cuantos días, pero aún entro en el coche cada mañana recordando aquél momento, pues su aroma sigue impregnado…

6 comentarios:

  1. Valla cielo, lo has descrito muy bien, tu sabes que yo soy más ruda, pero me ha gustado fue tal cual, mmmm ¿aun huele tu coche a mi?.. me gusta, que me recuerdes. Te levanto el castigo.

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  2. Joder, que compenetrados estáis, que embidia, me encanta vuestros blogs.

    rocky

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  3. La verdad, Rocky, los primeros destinatarios de estos blogs somos nosotros mismos, y si además, os hacemos disfrutar a vosotros, nos sentimos felices de ello.

    Vota los relatos que más te gusten, y los que menos.

    Gracias.

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  4. Sin duda es un auténtico placer leeros chicos..hay mucha química ..
    Besos dulces..

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  5. Querida Susy, el placer, sin duda, es todo mío, el que Bella me hace sentir, el que vosotros con vuestros comentarios provocais en mi. Sois bienvenidos a nuestro mundo de pasión.
    Gracias a todos.

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  6. Pues por llevarte la contraria me lo creo...gracias Jordi, muacksssssssss

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