miércoles, 4 de febrero de 2009

Dulce Despertar

Cómo me gusta, sentir sus caderas moviéndose sobre mi, penetrándola a fondo, notando como las paredes interiores de su vagina se contraen y se dilatan por sus orgasmos continuos. Creo que me voy, mmmm, me voy, aghhhh…

Abrí los ojos, estaba todo a oscuras, apenas la luz del despertador permitía ver algo, simplemente notaba como la succión en mi polla había provocado mi corrida, estaba soñando con ella, y ella me la estaba comiendo, sentía mi polla dura en su boca, el bloqueo de mis testículos por acabar de correrse, pero sus labios frotando mi sexo.

- ¿Qué haces cariño?
- Cierra los ojos, y disfruta.

Le hice caso, me eché de nuevo, cerré mis ojos, y me concentré en ella, en sus manos que acariciaban y relajaban mis huevos, en su lengua que recorría cada milimetro de mi rabo duro y tieso, saboreando los restos de mi semen que había caido fuera de su boca.
Notaba sus pezones sobre mis piernas, su coño frotándose en mi pie, su clítoris rozándose en mi tobillo.

Bajé mis manos, y me las apartó, -déjata llevar.

Mi empalmada no bajaba, seguí con mi nabo duro, como cada despertar, que a ella le encantaba ver y disfrutar, volvía a chupar, ahora con más ritmo, más acelerada, entonces salí de debajo de las sábanas, me besó dejándome unas gotas de esperma en mis labios, fue subiendo hasta presentar mi polla en su coño, sujeta con su mano, se la metió, gimiendo, pero sin dejar de moverse, sujetando mis manos en sus pechos, bajando las suyas a su clítoris y por detrás en su culo.

Sentía como volvía a venirse, como el orgasmo le llegaba de nuevo, y en ese mismo instante la sacó, se dio la vuelta, y me puso el coño en la cara, se agachó agarrando mi polla fuerte en su mano, pajeándome sin parar, apoyando su coño mojado en mi boca, y haciéndome sentir como se iba, como tardaría instantes en correrse de nuevo.

Me afané a lamerla, a meter mi lengua en su coño empapado de nosotros, saboreando nuestro sabor, metiendo mi lengua lo más profundo que podía, mordisqueando su clítoris y lamiendo su ano relajado, mientras ella se esmeraba con mi polla, entonces comenzó a vibrar, los espasmos delataron su inminente corrida, y mis caderas le hicieron sentir la mía, entonces fue bajando hasta sentarse sobre mi polla, metiéndosela mirando a mis pies, dejándome ver su espalda que se contorneaba durante su orgasmo, esprimiendo mi sexo con el baibén de su cadera, hasta que cayó rendida sobre mis pies, y mis manos acabaron de darle el movimiento necesario para que mi explosión arrancara un gemido suave de su garganta…






Este es el regalo que a menudo Bella me hace, cuando pasamos la noche juntos y tenemos la posibilidad de amanecer unidos.

2 comentarios:

  1. que suerte tienes tio, bella me tiene prendado.

    rocky

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  2. Rocky, ya me doy cuenta de la suerte que tengo, yo también me prendé de ella el dia que la conocí por internet y luego en nuestro primer cara a cara.

    Gracias por tu comentario.

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