viernes, 11 de septiembre de 2009

Sucedió de madrugada


Después de la cena hicimos el amor varias veces, en la alfombra del comedor, en la cocina, sobre el mármol, ante el espejo del baño… luego, yo iba a marchar a un hotel de Berga, a dormir, como suelo hacer cuando nos vemos de noche, pero me invitó a quedarme con ella, en su cama, ya que sus padres estaban fuera, de crucero toda la semana.

Por la noche, sobre las cinco de la mañana, me desperté sudando, pues en su casa hace mucho calor pese a las ventanas abiertas, así que me fui al baño, a darme una ducha.

Me giré, la miré, iluminada por la luz de la luna llena que entraba por la ventana, desnuda, boca abajo, la besé en la nuca, y fui bajando mis labios por su espalda hasta sus nalgas, allí introduje mi lengua rozando su ano, y dejé caer mi saliva entre ellas, me levanté y fui a la ducha.

La casa es muy grande, una masía, la ducha está al final de un pasillo en “L”, encendí la luz, cerré la puerta y me di una ducha rápida.

Al acabar salí silenciosamente, me acerqué a la puerta de la habitación y miré en la penumbra.

Estaba ella, boca abajo, gimiendo, acariciándose, contorneando su cuerpo, levantando su culo apoyada sobre las rodillas, se levantó a cuatro patas dejando su mano entre ellas, tocándose, moviéndose, con una mano apoyada en el colchón, y la cabeza sobre ella.

La toalla que yo llevaba en la cintura comenzaba a marcar la tienda de campaña, deseaba entrar y hacerla mía de nuevo, pero prefería no molestarla, dejar que hiciera… y espiarla.

Por si acaso, para que no sospechara volví al baño y abrí el grifo de la ducha, luego me puse nuevamente apoyado en el marco de la puerta y disfruté mirándola. Podía ver perfectamente lo que hacía, como había cogido un vibrador y lo acariciaba por sus labios vaginales inflamados, como lo introducía un poquito en su vagina, y gemía, como rozaba la punta por su clítoris, y gemía más fuerte.

Mientras mi mano ya había agarrado mi polla, dejé caer la toalla, y suavemente me iba masturbando, la piel de mi sexo se estiraba y arrugaba sin cesar, mojada por las gotas de semen que aún quedaba dentro de mi después de la última corrida. Procuraba no hacer ruido, aunque tal vez ella se imaginara mi presencia.

Cogió mi almohada, apoyó su cabeza en ella, la abrazó, cerró un poco las piernas, y se introdujo completamente su juguete, de repente escuché el apagado ruido de la vibración del manolito, ahora sus gemidos eran rítmicos.

Se levantó, sentándose sobe sus nalgas, con la polla de silicona entre ellas, metida bien adentro, y comenzó a dar pequeños saltos sobre ella, poco a poco más acelerados, a la vez que contorneaba su cintura, adelante y atrás, como si estuviera sobre mi haciendo el misionero que horas antes habíamos realizado.

Subía una mano por sus pechos hasta llevarla a su boca, lamiendo sus dedos, mamándolos, mientras la otra aguantaba el juguete en su interior. Se levantó, se puso de pie al lado de la cama, apoyó el vibrador en la esquina de ésta, y se sentó sobre ella, apoyando sus manos sobre las rodillas, moviéndose adelante y atrás. Yo ya estaba tan excitado, viéndola así, follándose a ella misma, que notaba como el orgasmo venía, dudaba si entrar o no, pensaba si ella lo preferiría o no. Entonces escuché un gemido largo, volví a mirar y la vi boca arriba en la cama, con las piernas dobladas sobre su estómago, y el vibrador metido hasta el fondo de su coño, sujetado por su mano.


No se escuchaba ya la vibración del consolador, entonces supe que su orgasmo había llegado, justo cuando el mío comenzaba, no quise para, tampoco podía, así que sin dejar de mirarla seguí masturbándome hasta que salpiqué con mi esperma la pared del pasillo (lo siento).

Cogí la toalla, limpié el semen, y fui al baño, a ducharme de nuevo, luego volví a la habitación, y me estiré a su lado. No nos dijimos nada, pues ella parecía dormida, y yo tardé minutos en quedarme igual.

El desayuno, que lo explique ella… porque la noche fue de las mejores que yo he pasado en mi vida… miento, la mejor.


Adoro tu piel.

2 comentarios:

  1. muy apetitoso d ver...m ha gustado mucho el morbo k desprende al leerlo.. saludos.....

    ResponderEliminar
  2. Verlo fue maravilloso, y follar por la mañana recordando la visión de la madrugada... perfecto.

    ResponderEliminar