miércoles, 16 de septiembre de 2009

Repostaje especial

No se como me dejé convencer, pero su forma de hablarme por teléfono, y su promesa de ser buena me hizo confiar en ella….

Llegué en moto a la Repsol donde ella trabaja, procuré hacerlo temprano, para que no tuviera la excusa de que la esperara al salir de trabajar y me liara con ir a tomar algo.

Reposté y fui a pagar, Natalia no estaba, pregunté por ella y me indicaron que estaba en la oficina,, me dirigí allí, a través de un pequeño almacén.

Al abrir la puerta, su cara se iluminó al verme, se acercó a mi, y me besó, yo quise rehuir su acto, pero insistió ahogándome con sus besos:

- Natalia, esto no es a lo que yo he venido.
- Pero yo lo quiero, y tu no tienes compromiso con nadie.
- No sigas…

Cerró la puerta con llave, la sacó del paño, y se la metió dentro del pantalón. Me vi encerrado con una gata en celo, también tenía razón, no he de dar explicaciones a nadie, ni tengo ningún compromiso serio…

Me acerqué a ella, puse mi mano sobre su mejilla sacándole una sonrisa, cogí su nuca y la acerqué a mi. Nos besamos nuevamente, pero ahora era yo el que deseaba hacerlo y ponía empeño.

Le desabroché la camisa, dejando al aire sus pequeños pero preciosos pechos, me apoyé en una silla, la puse sobre mi regazo y le quité los pantalones, luego las braguitas dejando caer al suelo las llaves de la puerta.

La sujeté de la cintura, ante mi, mordisqueé sus pezones, su ombligo, metiendo mis dedos entre sus piernas, bruscamente introduciéndolos en su vagina, mientras sacudía su cuerpo hacia mi. En unos segundos se mojó, se agachó desabrochó mi pantalón y sacó mi polla venada y dura, la engulló como una puta, lamiendo mis testículos, subiendo hasta el glande, metiéndosela hasta la garganta, y nuevamente pasando la lengua por el tronco, a la vez que me pajeaba suavemente.

La verdad que había mejorado mucho, antes no la comía de ese modo, y me estaba haciendo llegar al orgasmo, agarré su cabeza echándola atrás, cogiéndomela con mi mano, y masturbándome ante su boca conseguí correrme en segundos, salpicándole la cara por completo, acabando mi eyaculación dentro de su boca, mientras su lengua recogía cada gota de semen que todavía expulsaba.

- Quiero que me folles, me dijo.

La tenía muy dura, una erección de campeonato, cogí la mano de Natalia, la levanté del suelo y la puse contra la pared, la miré fijamente a los ojos, mientras dejaba caer mi pantalón al suelo, le di la vuelta y acerqué mi boca a su nuca, clavándole los dientes, metiendo mis manos bajo sus pechos, acercando mi polla a su culo.

Puse mi mano en su pubis introduciendo un dedo mientras que mi cipote se abría paso entre sus nalgas, ella puso su culo en pompa, la penetré unos instantes, dejando que sus fluidos vaginales empapasen bien mi sexo, entonces la saqué, la apreté fuertemente a mi tapándole la boca con mi mano y de una sola estacada la enculé hasta el fondo, no era la primera vez que hacíamos sexo anal, ya conocía sus límites, y ella los míos.

La apreté contra la pared, agarrandome fuerte a su cintura, abriendo su culo, elevandola del suelo en cada embestida, sin dejar de morder su cuello, haciendo fuerza cogido al marco de la ventana y a un armario, hasta que mis piernas pidieron descanso, entonces ella se dio la vuelta, me empujó a una silla, abrió sus piernas y se montó sobre mi.

Cogida al respaldo, hacendo fuerza para que mi lanza se clavara lo más profundo en sus entrañas, yo me limitaba a concentrarme en mi sexo, en mi dureza, en su cueva abierta para mi, en su forma de brincar sobre mi, en sus pezones durísimos rozando mis labios.

Noté como quemaba mi sexo, como su vagina se inundaba de líquido candente, como sus piernas se apretaban a mis caderas, sus brazos se estiraban para volver a apretarme y acabar de correrse con un beso profundo e intenso, con un sabor especial, algo diferente a lo que me tenía habituado, todo ello sin dejar su vaivén, haciendome sentir las contracciones de sus músculos vaginales, haciéndome llegar a mi orgasmo, entonces mi polla se hinchó, intenté aguantarme, pero en unos segundos exploté llenándola de mi esperma, haciendo que mis fluidos invadieran su coño expulsando los suyos fuera, mojando mis testículos hasta empapar la silla.

Se quedó sobre mi unos minutos, sin sacarla, simplemente apoyada en mi hombro, apretada a mi cuerpo, mientras yo me limitaba a acariciar su espalda y besar su cuello.

Natalia, como ya te dije, este ha sido el mejor encuentro que hemos tenido tu y yo… ya hablaremos proncesita.

9 comentarios:

  1. ufff!!! muy bueno, me ha puesto caliente cielo, me ha encantado me alegro del buen sexo que has tenido con natalia es genial.

    ResponderEliminar
  2. VALLA eso se hace en una trastienda..... me ha gustado y mucho.

    ResponderEliminar
  3. joder con la natalia, con la chiquitilla como se las gasta. Ya lo dice el dicho quien la persigue la consigue....s

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado leerte Jordi. ese giro en las formas de tu escritura, te ha otorgado una calidad muy buena amigo mío.Sigue así, llegarás lejos. Un abrazote amigo mío.

    ResponderEliminar
  5. Chicos, gracias, pero es lo que pasó en la trastienda, y me gustó más de lo que me esperaba, este rol de amo... de dejarse hacer... de tenerla a mis pies y hacer lo que a mi me apeteció con ella... me gusta... creo que repetiremos, quieres NAtalia??

    ResponderEliminar
  6. mi amoooo???? nena andas mal encima que vas de reina en el blog de bella le dices mi amo a pedestal, ten mas personalidad.

    ResponderEliminar
  7. ame este encuentro tan pasional, me he puesto mas caliente que alla afuera... mi corazon late a mil por hora

    ResponderEliminar