jueves, 23 de octubre de 2008

Tarde de cine

Fue un día duro en el trabajo, las visitas a clientes cada vez son más complicadas, y menos receptivas, no se que haremos, si todo sigue así...

Quedé con ella a las 6, decidimos ir al cine, a ver una peli de las que me gustan, acción e intriga, para pasar el rato.

Llegué yo un poco antes al centro comercial, así que me esperé apoyado en la puerta del Massimo Dutti, para verla entrar. Allí apareció ella, con un vestido blanco con detalles negros, un escote sujerente, y sus zapatos de tacón, marcando esas curvas que tan loco me vuelven.

No me vió, así que la observé, caminé detrás de ella, mirando el vaivén de su trasero, mirando la línea de sus medias, desde el tacón hasta debajo de la falda. Mirando su forma de caminar sensual, e imaginando lo que le haría en medio del centro comercial si no hubiera nadie.

Se paró en un escaparate, de ropa interior femenina, y yo me quedé a apenas 2 metros detrás de ella, mirándola de arriba a abajo, me acerqué, y mis labios se posaron en su cuello, al instante se apartó y me miró con cara asustada: - lo siento, le dije. - no importa, me había gustado, tú me gustas.

La cogí de la cintura, me acerqué a sus labios y los uní, suavemente, como si fuera aquél primer beso que le di en el coche el primer día que nos vimos, cerré los ojos, y dejé que su lengua buscara la mía. Una mano en la cintura y la otra en su nuca, tal como le gusta a ella que la bese, uniendo nustras bocas, y sintiendo la excitación que siempre nos genera ese instante, mi sexo comenzaba a cobrar vida.

- Te gusta esta ropa? me gustaría regalarte un conjunto.
- De acuerdo, si tu me dejas regalarte algo a ti.

Entramos dentro de aquella tienda de lencería, mirando conjunto tras conjunto vi uno que me gustaba, era un conjunto negro, con encaje, que seguro que realzaría sus pechos, y marcaría aún más si cabe la curva de su culo. Le dije que se probara al menos el sujetador, para ver qué tal le quedaba, la acompañé al provador, y esperé tras la cortina, mientras se desnudaba, la observaba por una comisura que quedaba entre la tela y la pared, podía ver como se desabrochaba el sujetador que traía ella, uno azul cielo, que otras veces le había desabrochado yo, sus pechos al aire, sus pezones duros por el aire acondicionado, y yo notando mi polla dentro del pantalón, como comenzaba a excitarse. Entré en el probador, y la sujeté por detrás, pasé mis brazos y la acaricié con aquél conjunto puesto.

- Estate quieto. Me encanta, me lo quedo.

Después de pagar, salimos de la tienda, y me miró, señalando el Massimo Dutti, donde la había esperado yo, así que entramos, ella me llevaba cogido de la mano, tiene las ideas más claras que yo en cuanto a ropa de hombre, así que me dejé guiar.

Cogió una americana, una camisa de algodón blanca, y unos pantalones a conjunto, fuimos al probador, y allí me dijo: - toma amor, ve probandote esto, que voy a buscar algo más.
Me desabroché el pantalón, lo colgué, la camisa, y me quedé en calzoncillos, tomé el pantalón, la camisa nueva y me lo puse, llegó ella con una corbata, se metió dentro conmigo, y cerró la cortina, me miró a los ojos y su dedo selló mi boca, bajó su mano, desabrochó el pantaló de nuevo, y dejó caer los pantalones al suelo, bajó mi slip, y se quedó inmóvil mirando mi polla blandita, prefiero que la vea dura, así que la tapé con la mano, ella me miró, su mano apartó la mía, y acercó su boca a mi sexo.

Su lengua rozaba la piel de mi sexo, sin metérsela en la boca, simplemente la acariciaba, de arriba a abajo, suavemente. Me miró, mientras deslizaba una mano entre mis piernas. Agarró mis testículos con fuerza, y se introdujo mi polla entera en la boca, comenzaba a endurecerse poco a poco, así que ella podía jugar fácilmente con su lengua, en breve, la excitación del calor de su mano en mis huevos, y su boca ardiente comiéndome provocó mi erección.

La sujeté de la nuca, y comencé a follarme su boca con fuerza, se la metía hasta la garganta, hasta que mis huevos notaban sus labios, así la tuve unos segundos, hasta que noté que mis primeras gotas de jugo salían de mi sexo. Me detuve en seco, mirandola a los ojos, la levanté, le di la vuelta, levanté su vestido, y verla con liguero y sin bragas me excitó enormemente.

Abrí sus nalgas e introduje mi polla entre ellas, sintiendo su humedad, sintiendo como su coño estaba mojado y caliente, presenté mi capullo ante sus labios inferiores, y cuando lo sentí mojado, apreté cogiendome a sus caderas, la penetré a fondo, le enculé hasta que noté que no podía entrar más, y procedí sacarla suavemente, otra vez a fondo rápidamente, y a atrás poco a poco. Eso la debió excitar muchisimo, pues con sus manos buscó las mías, para que no me apartara de ella.

Concentrado en mi erección, controlando mi eyaculación la cogí de su cabellera, tiré fuertemente de ella, y la susurré: - me corro. – y yo.

Exploté dentro suyo, sus contracciones hicieron que mi corrida fuera más fuerte, que incluso mi semen goteara por sus piernas. Apretándola del cuello hacia mi, con mi dedo en su boca, mordiendome, y provocando aún más el placer, seguimos nuestro movimiento rítmico hasta que nos quedamos quietos, agotados y extasiados.

Me acabé de probar la ropa y salimos del probador, una dependienta nos miraba, pero nos daba igual, el placer que me provoca… vale un imperio.

Pagamos y salimos hacia la zona de los cines, cogiéndola por la cintura, se apoyaba en mi hombro, y al llegar a la altura de los WC, se acercó a mi oido y me susurró: - yo todavía no he acabado.

Me empujó hacia los baños, allí, mirando a lado y lado, abrió el de minusválidos, y me metió en él. Sacó de su bolsillo la corbata que había cogido en el probador, y que yo no había pensado en ella, pues al parecer no la pagó. Eso me dio que pensar, la pasó por detrás de mi cabeza, la anudó tapándome los ojos, y me desabrochó la camisa, apoyado en la pared sentía como sus labios se paseaban por mi pecho, mordiendo mis pezones, y provocándome de nuevo la excitación.
Su mano acariciaba mi paquete por encima del pantalón, sintiendo mi miembro con ganas de salir, me mordía el pecho, subía hacia el cuello, y mordiéndome el cuello metió su mano en mi pantalón. Ahí pudo notar como mi polla estaba mojada del anterior polvo en el probador, con una mezcla de semen y sus jugos vaginales, jugueteó con ella, y le pedí que me follara, que no podía más.

Me desabroché y dejé de sentirla, con los ojos tapados no sabía donde estaba, y me dijo: - Confía en mi, pon tus manos a la espalda y búscame.

Caminaba con pies de plomo, pues ese baño era algo más grande que los otros, y no me lo conocía, mi bragueta desabrochada, mi polla firme, mi pecho al descubierto, me iba diciendo: -Caliente… frío.
Hasta que mi polla encontró algo, no sabía qué era, y ella me dijo: -Quédate quieto.

Noté como mi sexo se hundía en el fondo de algo húmedo, pensé que sería ella con su boca, sentada en el WC, pero no, aquella sensación era la de su coño, ese coño mojado, lleno de mi, esas piernas abiertas.

Allí quieto, dejandome hacer, sentía como mi polla entraba y salía de ella, imaginé que estaba culo en pompa, apoyada en algún lugar, empujándose hacia mi, y me excitaba esa situación. Se paró, se apartó, me cogió de la mano y me hizo acercarme a ella, allí pude notar sus piernas rodeándome, y como nuevamente su mano cogía mi tranca y la direccionaba entre sus piernas, se aferró a mi fuertemente, y me dijo: - Fóllame, con fuerza, destrózame.

Ella estaba muy caliente, cogida de la cintura, apretándo en cada embestida hacia mi, sentía sus pechos desnudos sobre mi pecho, sentía sus coño mojado abrazar mi pene, sentía sus brazos colgados de mi cuello, y podía sentir sus labios comiéndome a besos.

Me quité la corbata, y allí estaba ella, hermosa, con su mirada de placer, enamorada de su fiel amante, y aceptando todo lo que yo podía darle. La observaba, su espalda apoyada en la pared, sentada sobre la tarima para cambiar los pañales a los bebés, sus piernas elevadas cogiendo mi cintura, y abierta totalmente para mi.

Notaba sus uñas clavarse en mi espalda, sus espasmos interiores delatando que algo sucedía en sus entrañas, y sus labios buscando los míos, susurrando: - Te amo, te amo.

La apreté a mi, y cuando más fuerte la pude sentir, en ese preciso momento me dejé ir, dejé de controlar mi eyaculación y permití que mi semen llenara a borbotones el interior de mi princesa. Apoyado sobre ella, con sus pezones duros, estuvimos parados, quietos unos instantes saboreando el fluir de nuestros jugos en su interior, besándonos, amándonos como si fuera la última vez.

Nos aseamos, y sin decirnos nada, simplemente sonriendo salimos de aquél baño.

Subimos a la planta superior, donde, después de mirar las salas del cine, elegimos la pelicula que queríamos ver, justo había comenzado hacía 2 minutos, así que todavía podíamos entrar.

Ya dentro del cine, esperamos unos segundos a que nuestras pupilas se adaptaran a la oscuridad, entonces la guié hasta el fondo de las gradas. Era una sala mediana, con muy poca gente, apenas 10 ó 12 personas, todas en el centro de la sala. Nos sentamos en el rincón, y allí la acurruqué bajo mi brazo.

Pasados 40 min de película, sentí su mano en mi pierna, acariciandome, y me dijo: - Amor, esta peli es muy aburrida. Yo le dije que total, yaq ue llovía en la calle, pues que allí estabamos calentitos y a cubierto.

Noté como subía y bajaba su mano, como rozaba en cada movimiento mi sexo, y volvía a bajar hasta la rodilla, en una de esas, bajó mi bragueta, yo le dijeq ue qué hacía, que nos podían ver, pero no me dijo nada, simplemente dijo: -Shhh.

Sacó mi verga, sujeta en su mano, dura, pues con ella me cuesta muy poco, auque en el fondo ella me impone todavía, pero su forma de acariciarme, su forma de besarme hacen estragos en mi. La dejé hacer, subía y bajaba, me estaba masturbando suavemente, y mientras mi mano buscaba su culo por debajo de su falda, ella fue bajando y se estiró en las butacas, así nadie la podía ver. Su boca absorvió mi polla, se la metió toda entera en la boca, y a la vez que tragaba, su mano me la pelaba. Mi mano seguía buscando debajo de su falda, entre el liguero, su tanga, y su culo, ya no me acordaba de qué iba la pelicula.

Metía mi dedo en su trasero, jugando con sus dos agujeros, lo mojaba en su coño y luego la masturbaba por el ano, así una y otra vez, notando como sus caderas se movían a mi ritmo, me encantaba esa situación de masturbaciones mútuas, seguí masturbándola mientras podía, jugando de vez en cuando con su clítoris, y vuelta otra vez a su culo.

Apenas gemía, contenía su placer para ella, pero yo no podía más, me costaba contenerme después de 2 polvazos en poco más de una hora, y no podía más, ella notaba el estado de mi excitación por el movimiento cada vez más acelerado de mis dedos dentro de sus agujeros, hasta que fue tal, la apretaba tan fuerte, intentando advertirla de que me iba a correr, se apartó un segundo y con voz excitada me dijo:
- no pares, haz que me corra.
- Es que creo que nos observan.
- ¡Ahora no pares!

Seguí con mis movimientos, mi dedo corazón introducido hasta el fondo de su vagina, y con los otros rozándole el clítoris, notaba cons su garganta chupaba, absorviendo todo lo que podía de mi, hasta que no pude más, y sin parar de masturbarla comencé a correrme, no se apartó, algo extraño, pues siempre me ha dicho que no le gustaba, pero dejó que me corriera en su boca, no tragaba, pero la estaba llenando de mi leche caliente, seguí masturbándola hasta que también noté como en su coño se mojaban mis dedos nuevamente, y disfrutaba ella de su tan esperado orgasmo. Se apartó, me miró a los ojos, y sonrió, cogió el vaso de cocacola, y escupió dentro. La sujeté de la nuca, y la besé, compartí con ella el sabor de mi semen en sus labios, y le dije:

- Siento haberlo hecho
- No importa, este es mi regalo de cumpleaños adelantado, no me gusta el sabor del semen, pero si no me lo trago, lo disfruto haciéndote disfrutar.
- Me alegro de haberte conocido.
- Y yo de que me convencieras para conocerme.

Salimos del cine, antes de acabar la película, pues alguien nos había visto, y no quería cruzarme con ellos con luz.

Volvimos hasta nuestros coches, y acordamos en vernos en mi casa, más tarde, primero tenía de ir a buscar la cena…

… Pero esta será otra historia…

2 comentarios:

  1. EN VERDAD KERIDO JORDI, DE LO K LLEVO LEIDO, TODOS ME GUSTAN Y ME EXCITAN MUCHISIMO.
    LASTIMA EL MOMENTO, PUES NO HE PODIDO ESPERAR A LEERLOS DURANTE LA TAN PLACENTERA SIESTA.
    MIS FELICITACIONES.

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  2. pues nada, los imprimes y te los llevas donde quieras... y sino, comprane una PDA y copias el blog completo... te autorizo.

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