lunes, 16 de noviembre de 2009

Seseinta y nueve

Recuerdo tus manos acariciarme, estaba a oscuras, no veía nada, una suave luz del stand-by de la tv iluminaba sutilmente tu silueta, mientras mi piel se erizaba.


Siempre me ha gustado sentirte. Notaba tus caricias en mis piernas, en la piel de mi polla que comenzaba a tomar forma, en mis testículos endurecidos. Tu lengua húmeda pasaba por mi glande, el capullo salía de la piel. Mientras tu abrías tu boca, y sentía el paladar mojado de saliva.


Necesitaba tu nectar, quería sentir tu dulce sabor íntimo una vez más en mi paladar, necesitaba beberte por dentro.

Sujeté tu rodilla, la pasé sobre mi, abrí tus piernas, y me acerqué a tu sexo, guiado por tu aroma sexual, y las gotas de perfume que sueles echarte. Saqué mi lengua, y esperé al ansiado contacto de mi punta con los labios de tu vagina, mientras mi polla ya estaba bien hundida en tu garganta, dura como una piedra, aguantando los embites de tu boca, golpeando mis huevos con tu mano, mientras una paja intensa provocaba mi máxima excitación.

Mis dedos abrían tu clítoris, tu campanilla era mía, por esos minutos, la lamía, la chupaba, aspiraba jugueteando con mi lengua, de vez en cuando introducía mi nariz en tu coño, mientras tapaba tu sexo con mi boca, me apoderaba del placer que sentías controlando tu orgasmo inminente.

Escuchaba tus gemidos, estabas concentrada en tu sexo, tu vagina palpitaba en mis labios, y deseaba sentir ese maravilloso momento de tu orgasmo, ese cuando te dejas caer totalmente sobre mi cuerpo, ese en el que unas gotas de tu esencia salpican mi boca, ese en el que tus piernas se cierran, tus caderas se contraen, y tus manos se clavan en mis nalgas.

Necesitaba explotar, marcabas el ritmo con tu boca, me contenías para que no llenara tu boca de mi esperma apretandome los testículos con fuerza, pero no porque no te gustara mi sabor, sino porque mi corrida contenida era mucho más abundante que una instantánea. Acelerabas tu ritmo, sentía el peso de tus caderas en mi mandíbula, notaba como me cabalgabas sobre mi rostro y tu espalda se arqueaba, sentía como tu erupción no se hacía esperar.

Noté como el dulce sabor caliente de tu sexo empapaba mi paladar, como relamía mis labios una y otra vez para saborearte al máximo, cuando en un momento te detuviste, masajeaste suavemente, y esperaste a mi inminente orgasmo.

Mi semen comenzó a emanar llenando tu boca, cayendo sobre mis testículos, esprimidos por una paja contínua.

Me aferré a tu culo, te apreté a mi, y relamí cada rincón de tu sexo en busca de la última gota de tu ser.


Cielo, no te imaginas el placer que me provoca comerte… mientras tu me devoras…. Te deseo.

10 comentarios:

  1. Que locura! me encanta..
    un saludo
    Besos Mil*

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  2. Impresionante relato del sublime momento en que dos cuerpos, un hombre y un mujer, se entregan e uno al otro a devorarse y ser devorados...
    Esta es una de las formas de maxima entrega de uno por el otro en donde el disfrute es doble ya que se da y se recibe placer nunca mas desinteresadamente que en este momento...
    La descripición del momento es perfecta.

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  3. Es imprescindible que a todos los que les gusta el sexo, deban saber contar hasta esa mágica cifra..
    Besos

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  4. un relato muy caliente y jugoso jajaja...me dieron ganas al leerlo...
    Haces muy mal jajaja y yo en la oficina todavia. Eres perjudicial a mi salud fisica y mental.

    BESITOS.

    pd: 69, no se escribe con i. es sesenta y nueve, y no seseinta...

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  5. Wapisimo, tu relato es maravilloso, todos los detalles de un momento inolvidable y mucha pasion.... ;)
    bexos, Rousi!!!!
    ME HA ENCANTADO MUCHÍSIMO....

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  6. LUNA, un placer.
    SOLO PARA VOS, coincido, es uno de lso momentos en la entrega del placer mútuo, simétrico, maravilloso.
    CECI, han de saber contar hasta 69, pero sin saltarse ninguno de los numeros anteriores.

    ESTEFANIA, me gusta perjudicar tu salud con mis escritos... y si, sesenta se escribe sin i, pero como este es mi blog lo escribo como me apetece...jejeje, de buen rollo.

    ROUSI, me alegra que te guste cielo.

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  7. Me recuerda a mis experiencias contigo. ¿repetimos en el almacén?

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  8. ALICIA,ME gusta que me leas.

    NATALIA, hay gente que dice que leido uno leidos todos, pero cuando uno esribe recordando momentos, escenas, sexo real... no es como los demás relatos, y éste en concreto, es real. Cuando quieras repetimos... aunque en tu almacén, hacer un 69 es un poco difícil... un beso bomboncito.

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  9. Esto lo quiero yo, como me gusta comerla mientras me meten la lengua en el coño, uf, dios mío, correrme así, en su cara, y el en mi boca, me excita tanto. Recuerda que mi cama está abierta a ti.

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