martes, 21 de junio de 2011

Ansiado encuentro 3ª parte, la ducha

La imaginé bajo el agua, la deseaba. Fui hacia el baño, apartando unos milímetros la puerta, me quedé espiando su figura, viendo como el agua caía por su melena, recorriendo todo su cuerpo, modelando sus curvas, acariciando sus pechos, entré.

Aparté la cortina, me detuve observando como sus dedos se deslizaban sobre su suave pubis hasta perderse entre sus piernas. La miraba con deseo, observaba como echaba atrás su cabeza, bajo el agua fría de la ducha, sus pezones erizados, duros y tentadores, se ofrecían a mi, dejé caer mi toalla, y entré con ella.

Tan sólo la observaba masturbarse, preparar su sexo para mi, me arrodillé ante él, estudiando cada milímetro de su piel, su cintura, su ombligo, su cadera. Me gusta mirar esos dedos que se introducen profundamente, para luego salir empapados de sus fluidos, y acercarse a mi boca para regalarme el sabor de su placer.

Abrió sus piernas ante mi, ofreciéndome un precioso clítoris inflamado por la excitación, acompañado de unos grandes y rosados labios vaginales, acerqué mis dedos, lo acaricié, y acto seguido mi boca se amorró a ella.

Mi lengua comenzó a juguetear con su campanilla, introduciéndose por instantes en su vagina, penetrando profundamente y entreteniéndose en las profundidades de su ser. Los gemidos me hacían entender que agradecía mi lamida, que mis movimientos provocaban aquello para lo que fui creado, para darle placer a ella.

Se agachó, agarró mi cipote con las dos manos, y se lo introdujo por completo, chupando, absorviendo las gotas de agua que lo cubrían, me folló con su garganta, masajeando mis huevos, masturbándome mientras me hacia sentir su paladar caliente.

Ya no pude más, mi polla había tomado tal erección que necesitaba estallar, la incorporé, nos miramos, y me aferré a ella, besandola, lamiendo su lengua, mordisqueando su cuello, y buscando el camino más húmedo para penetrarla hasta las entrañas. Fue sencillo, su vagina estaba inundada de su esencia, y mi carne se deslizaba dulcemente hasta el fondo. Ahora los gemidos eran mútuos, acompasadas con mis sacudidas rítmicas mis manos se aferraban a sus nalgas, para poder abrirlas bien y hacer mayor fuerza, la tenía empalada entre mi sexo y la pared, bajé mi boca hasta sus pechos, lamí, mordí, y chupé cada uno de sus pezones, mientras sentía como las venas de mi sexo comenzabana a llenarse de sangre. La miré fijamente, le susurré que no podía más, ella alzó el volumen de sus gemidos hasta perder el aliento con un orgasmo intenso, clavó sus uñas en mi espalda y provocó mi venida, inundé sus entrañas con mi semen, bombeé ferozmente todo su interior, hasta quedar seco.

Quedamos abrazados bajo el agua, calmando la respiración, sintiendo nuestros fluidos derramarse por nuestras piernas, latiendo a la par, y susurrando palabras sinceras.

Nos vestimos y me llevó a pescar a un lugar especial...

2 comentarios:

  1. valio la pena la espera!!! tres de golpe!!. no sabria decir cual es el mejor. pues los tres son uno de ese primer momento. me ha encantado, y sobre todo la nota de color y sentimiento k le das, reflejados en el deseo y admiracion por tu protagonista. no se si acertare......pero el amor ha entrado en tu vida??, si es asi, mis felicitaciones. ademas, de k le aporta un nuevo ingrediente a tus relatos, es algo muy bonito. y si no lo estas.....pues...impresionante y delicadiiisima fantasia!!! un saludo y k........ continue

    ResponderEliminar
  2. mmmmmmmmmmm ya decía yo, ni en la ducha puede uno estar seguro. Se les pasaría ese furor pescando? Enhorabuena por tus relatos... me recuerdan a mi primera etapa.

    Salu2

    ResponderEliminar