jueves, 4 de febrero de 2010

Eras tu

Era una tarde lluviosa, me quité la gabardina, y la sacudí antes de entrar en la habitación.
Abrí la puerta, un profundo aroma a tu perfume me hipnotizó, eras tu, estabas allí, no había duda.

Cerré suavemente tras de mi, la penumbra de las velas me dejaba vislumbrar tu silueta, de espaldas a mi, en la ventana, observando el tráfico de la diagonal con tus manos apoyadas en el cristal.

Las gotas de lluvia resbalaban por el exterior, el vaho de tu aliento aparecía intermitente ante tu rostro, me acerqué a ti.

La noche era oscura, tan solo deseaba comenzar a besarte, tu eso lo notabas, sentías como mi deseo inundaba la estancia, deseaba que me deseases.

- Siéntate en esa silla.

En el medio de la sala habías puesto una silla, me acomodé.

Te diste la vuelta, preciosa, un abrigo largo de piel clara te cubría por completo, ahora podía observar tu rostro, labios rojizos, ojos profundos, tu melena suelta semirizada, como me gusta, tus manos buscando los botones del abrigo.
Poco a poco te desabrochaste, recuerdo tu imagen cuando se abrió y pude observar tu piel, cubierta tan solo por un conjunto de sujetador oscuro, y una braguita con liguero negro, medias y tacones de aguja.

Ver esa imagen me excitó al instante, una erección se apoderó de mis pantalones, deseaba sentir tus pechos en mis labios, tus manos en mi paquete, tu lengua sobre mi sexo…

Caminabas hacia mi, se veía más de tu interior, tus tatuajes, poco a poco el abrigo se abría más y más, mis ojos te descubrían de nuevo, mis instintos despertaban, mi erección me dolía.

Tus manos me arrancaron la corbata, después la camisa, al instante el pantalón, mis boxer, y una leve caricia sacó mi capullo escondido.

Me gustó ver como tu abrigo caía tras de ti, hasta el suelo, como tus hombros desnudos reflejaban la lumbre, me gustó ver como tus pezones erizados deseosos de mis labios, amanecían por encima de la blonda de tu escote.

Me rodeaste, al pasar tras de mi tus manos sujetaron las mías, y el frío del metal de unas esposas limitaron mis movimientos. Ahora era todo tuyo, y sentirme débil, indefenso ante ti, ante mi musa, ante mi ama, me seducía.

Te contorneabas al ritmo de la música, las baladas te ponen cachonda, romántica, te ponen… y tus ojos brillantes descaradamente observaban mi polla. Tus pechos hermosos colgaban al agacharte ante mi, tus caderas macizas se ofrecian entre mis piernas, tus nalgas sentían la punta de mi polla rozarse, buscar el cobijo entre ellas.

Te diste la vuelta, colgada de mis hombros te pusiste a horcajadas sobre mi, una mano agarrando mi cipote, apartando la braga y la otra en mi cuello, mientras tus agobiantes besos me devoraban, mi nardo comenzaba a abrirse paso en tu vagina.

Empapada, inundada de tus fluidos, derretida para mi, facilitabas al máximo la entrada en tu cueva, el dolor de tus uñas clavadas en mi espalda me daba un extraño placer, encantador gusto.

Te miraba, echabas tu cabeza atrás, con fuerza me follabas, me susurrabas que te penetrara más a fondo, pero era imposible entrarte más, tus caderas se movían fuertemente, como jamás las había notado, tus piernas se apoyaban en la silla para apretarse aún más, mi sexo comenzaba a descontrolarse.

Tus pechos cubrían mi cabeza, mi lengua lamía tus pezones, mordisqueándolos, oliéndolos, saboreándolos. El aroma a sexo me encantaba, el sonido de nuestros fluidos mezclandose me hacía perderme.

El orgasmo llegó irremediablemente, las gotas de semen que ya no cabían en tu interior goteaban hasta el suelo, junto con la esencia que emana de ti.

Es un placer dejar que tu prepares la velada, te amo.

Amor, desgarraste mi corazón aquella primera noche, robaste mis deseos para convertirlos en tuyos, y te regalé mi alma, para que hicieras con ella lo que se te antojara. Soy tuyo, y te quiero para mi.

5 comentarios:

  1. Jordi...como me pone tu romanticismo...un beso a los dos os kiero
    malekin

    ResponderEliminar
  2. Hola Jordi quiero decirte que me han gustado mucho tus relatos, son eróticos sin ser vulgares, me gustan.
    un saludo

    ResponderEliminar
  3. Yo tengo un abrigo como el de la foto rubia, y me gustaba no llevar nada debajo, y salir en dias de frío a dar un paseo por barcelona con el que era mi marido antes, bscabamos algúnrincon donde apretarnos y follar tan sólo con levantarme el abrigo.

    ResponderEliminar
  4. sigo pensando lo mismo esytas colao..¿quien serà? la enana??? jejejje..... o tal vez aquella granjera..MMM no recuerdo su nombreeee.... jejejejeejejejjejeejejejjejejejejjejejejejejeejejejejjejejejeejejjejjejeejejejjeje........................,.....................................

    ResponderEliminar
  5. La cabra siempre tira al monte... he sido claro Rosi?

    Marta, pues ahora sin marido puedes hacerlo más a menudo...

    Kyda muchas gracias, eres bienvenida.

    Malekin... mi malekin... me pone que te ponga...

    ResponderEliminar