jueves, 15 de octubre de 2009

Visita al hospital, conocí a Sandra

Entré en su habitación, mi sorpresa fue que no era ella la que estaba dentro, sino Sandra, no nos conocíamos en persona, sólo por fotos y algún video que Belle me había enseñado de sus vacaciones en ibiza.

Sandra es una mujer… para hablar claros, que esta muy buena, de esas, como Bella, que en la disco te la miras pero vas a por su amiga más fea porque tienes más posibilidades, creo que me he explicado suficientemente bien.

- Hola, Sandra?
- Si, Bella me dijo que venías esta tarde, ella está en el baño, con mi pc, y tiene para rato.
- Bueno, pues esperaremos.

Mientras esperábamos los 20 min que Bella estuvo “escribiendo” en el baño, comentamos la situación de la operación, la recuperación tan rápida que había tenido, nos comimos media caja de bombones (hubieras salido antes, y porque las flores no se comen, que con el hambre que yo llevaba…) y nos tomamos un café de esos de la gasolinera (cortesía de Natalia, que pasé a verla antes) esos que se calientan solos.

Salió Bella, y pasamos el rato de cachondeo, risas, pequeñas confesiones picantes, caricias con Bella. A las 8, hora de dejar la habitación, comenté que marchaba, Bella me pidió que acompañara a Sandra, que había venido en autobús, cosa que hice muy gustosamente.

Bajamos en el ascensor, a rebosar de gente, por lo que nos apretamos en el rincón, puse mi mano en la pared, cerca de su cintura, para no apoyarme sobre ella. No quería mirarla directamente, pero giré mi cabeza y la miré en el espejo, ella hizo lo mismo, y sus grandes ojos negros se clavaron en los míos, no pude dejar de mirarla durante unos segundos, ella tampoco apartó sus ojos de mi.

Salimos del hospital dirigiéndonos al coche, le abrí la puerta, cogiendo su bolso lo dejé en el asiento de atrás.

Arranqué el coche, y me dejé guiar por ella. De repente llegamos a la entrada de un camino de tierra.
- No me dijiste que vivías en una masía.
- Cállate, me pones.
- Cómo?

Cogió mi corbata, y tiró de ella abalanzándose sobre mi, tapando mi boca con sus labios, metiendo su lengua hasta mi garganta, sin dejarme escapar de aquél morreo.

En cuanto pude:
- Qué haces?
- Bella me ha hablado de ti, y quiero probarte

Esas palabras me eran familiares, alguna chica me había dicho algo así, y eso me perdía.
Observaba como se quitaba el cinturón de seguridad, se arremangaba la camiseta lila y la sacaba sobre su cabeza, quedándose sólo con el sujetador.
- Para, para por favor.

En lugar de parar, se echó sobre mi, bajó mi bragueta y sacó mi pene blandito, acojonadito de aquella mujer enloquecida, lo engulló, hasta los testículos, mordiéndolos, pasando su lengua por ellos, chupando y succionando mi sexo, consiguiendo que en breves instantes tomara dureza, comenzara a marcar las venas y se lo clavara en el fondo de su garganta mientras sujetaba su melena morena a un lado.

Esa mujer tenía un máster en mamarla, en sólo 2 minutos me puso a punto de caramelo, apretaba mis huevos a la vez que chupaba, acariciaba su nuca, sus orejas, sus pendientes de oro blanco, bajé mis manos y desabroché el sujetador, dejando caer sus pechos sobre el apoyabrazos de mi BMW, metí mi mano bajo su cintura desabrochando los tejanos, la volví a subir y la metí en su culo, apartando el tanga, metiendola dentro, notando su piel suave, su ano, su raja, ella aceleraba su mamada mientras yo me concentraba en mi respiración, relajado, contuve mi orgasmo.

La levanté, la besé, se bajó los pantalones, se quitó el tanga y se quedó sólo con sus tacones, salió del coche, se dirigió al capó caliente, entre los faros encendidos se sentó, esa penumbra la escondía, salí tras ella, dejé caer mi corbata, mi americana en el asiento, me acerqué desabrochándome la camisa, y me puse ante ella. Abrió sus piernas, cogió mi cuello y se dejó caer atrás mientras me acercaba a su vagina.

- Jordi, es cierto lo que dicen en tu blog, lo que dice Bella? Cómeme.
- Exageran.

Sujeté sus rodillas, bajé poco a poco hasta su ingle, acaricié su pubis rasurado, sus labios vaginales súper hinchados, subí por su cintura, hasta sus pechos excitados, duros, pellizcando sus pezones a la vez que lamía su campanilla:

- No soy clitoriana, ¡cómeme el coño!

Mordisqueé su piel, metí mi lengua, apoyó sus piernas en mi espalda, abriéndose un poco más, clavé mis uñas en sus nalgas, lamí a consciencia cada milímetro, cada pliegue, cada gota de sus fluidos, chupé y chupé, manoseé, entonces comencé a notar calor en mi lengua, un sabor dulce, y unos espasmos, su culo se elevó del capó, sus manos golpearon la chapa (si, me ha aboyado el coche, menos mal que es de empresa) subió sus manos, se tapó la boca, y se mordió los dedos. Se había corrido, su orgasmo me había mojado y llenado la boca, pero yo deseaba descargar.

Me levanté, cogí sus piernas abiertas, acerqué mi polla mientras me miraba, y la penetré, gritó, gimió, jadeó, mientras mis embestidas se aceleraban, junté sus piernas a un lado, pudiendo así acariciarla, sus pechos erizados eran una bonita y excitante imagen, su mano entre sus piernas cogiéndome la polla para notarla más al entrar y salir, mientras la otra seguía tapándole la boca, volvió a correrse, me lo dijo, y dejé que lo hiciera, aunque a mi no me faltaba mucho. Me paré, la bajé, le di la vuelta y la follé desde atrás, su collar golpeaba en la chapa, y me hacía mantener el ritmo, cada golpecito era provocado por mi penetración profunda, sus pechos en mis manos, apretados, su melena a un lado, medio girada, queriéndome mirar.

- Mi culo, no te gusta? Fóllamelo.
- Te lo mereces, me has aboyado el coche.
- Castígame.

Saqué mi nabo, acerqué mis dedos, mojándolos en su sexo, introduje uno en su ano, relajado, luego otro, con estos dos estuve unos instantes, no se quejó, entonces acerqué mi sexo, lo hundí en su vagina, y bien mojado la enculé.

Jamás había probado un culo tan dócil, se dejaba, ella se abría las nalgas con sus manos, gemía, decía que se iba a correr de nuevo, levantó una pierna apoyándola sobre el parachoques, metí mi mano entre sus piernas, acariciando su clítoris, luego metiéndole los dedos en su coño, comenzó a gritar: - me corro, me corro Jordi, córrete tu también.

Ella lo hizo antes que yo, se fue y se quedó inmóvil:
- Te has corrido?
- No.

Se apartó, me dio la vuelta, me cogió la mano, me llevó al asiento de atrás de mi coche, me sentó, se arrodilló sobre la tierra, y me la comió, me dejé llevar, me iba hablando mientras me comía: - concéntrate, relájate, siente mi lengua, mis dedos, mi respiración, mis tetas sobre tus piernas.

Yo lo sentía todo, a cada cosa que me decía, lo hacía sentir, entonces masajeándome arriba y abajo, a la vez que lamía la base, subía hasta el capullo, y volvía bajar, comecé a sentir que me iba, se lo dije, siguió, aceleró, masturbó, y cuando comenzó a sentir mis primeras gotas me metió un dedo en el ano, me provocó un orgasmo potente, muy abundante, caliente, sentía algo en mi estómago que me provocaba su dedo en mi próstata, notaba su succión, sentía como exprimía mis testículos chupándome.

Y no dejó ni una sola gota de mi en mi sexo, lamió y se relamió los labios, subió sobre mi, me besó y susurró al oído algo que no os voy a decir.

Cada día descubro cosas nuevas, sorpresas gratas, y debo decir que cada mujer con la que he estado es diferente, no os puedo catalogar, todas tenéis algo especial, y único, y he disfrutado con todas y cada una de vosotras, y seguiré haciéndolo, si me dejais…

6 comentarios:

  1. Buen relato, apasionante.
    Describes muy bien lo que vas sintiendo.

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  2. si llego a saber que el cafe era para la sandra te digo que no había.

    te quiero ver, búscate la vida en martes a las 22 ven a buscarme al trabajo.

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  3. el relato me ha gustado mucho, lo unico que me da asco es la foto esa del coño siliconado que has puesto, me da repelus.

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  4. ¡me acabas de poner a 100!Creo que necesito un momento a solas en el baño...
    ¿pudiste entrar en mi blog?

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  5. Ceci, las cosas se describen bien cuando uno las ha viviso y sentido así...

    Natalia, me diste plantón, así que tu dirás cuando nos vemos de nuevo... si quieres,sino, no me hagas perder el tiempo.

    Rosi, poruqe tu no te llegas a ver bien a 4 patas, pero cariño, no se diferencia tanto del tuyo...es apetecible, grande, si, pero apetitoso...

    SIX... si pudiera entrar a leerte, tal vez yo acabaría igual que tu, en el baño... me encanta provocar eso...

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  6. Pero tu no estás con Bella, o Natalia, o ya no se con quien, volveré a leer unos cuantos relatos atrasados, ya no se con quien follas, a ver cuándo me toca a mi.

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