martes, 27 de octubre de 2009

Reencuentro laboral

Hacía unos años que dejé la empresa, Anna seguía igual que cuando trabajaba conmigo, melena rubia, delgadita, ojos bonitos, escotes sugerentes…

Por casualidad habíamos coincidido en una feria, nos cruzamos en un pasillo, sonrisa y besos. Estuvimos un rato comentando las peripecias de nuestros viajes de trabajo por paises del magreb, reuniones lejos de casa, y las anécdotas vividas.

Mientras ella hablaba, yo recordaba alguna de las situaciones en las que me había puesto cardíaco, alguna de las cenas en la habitación que me había costado mucho contenerme porque ella sólo vestía una toalla anudada en el pecho, recordaba las ganas que le tenía después de jugar a tenis y bañarnos en la piscina del hotel.

Justo en el momento en que iba a sacar ese tema, ella hizo un comentario:

- Jordi, qué habría pasado si… se me hubiera caido la toalla?
- No habría dejado que te la volvieras a poner.

Se levantó del taburete, me cogió la mano y me llevó rápidamente al servicio de la feria.

Abrió la puerta del servicio, entré tras ella, y la cerró a mi paso.

- A ver, demuéstrame lo que habría pasado.

Me la quedé mirando de arriba abajo, vestía una falda larga, con una raja delante, hasta la ingle, una blusa blanca que transparentaba su ropa interior, se quedó apoyada en la pared, mirándome, e indicándome con el dedo que me acercara a ella.

Me acerqué poco a poco, ella cogió mi corbata con su mano, la acarició, subió sus manos desaciendo el nudo, desabrochando mi camisa, atacando mi pecho con sus labios, mordisqueándome los pezones, desasbrochando el cinturón, luego el pantalón, dejando caer al suelo mi ropa.

Esa mujer siempre me había puesto caliente, desde que la vi por primera vez apoyada sobre la mesa del jefe, tomando notas a su dictado, con las piernas cruzadas, las gafas semicaídas, y su mirada pícara.

Mientras mordisqueaba mi ombligo, bajando la goma de mi calzoncillo, la sujeté del pelo, echando atrás su blusa desabrochada, mirando sus pechos erizados ante mi.


De repente mi polla salió del bóxer, sonrió. Acarició mi piel, mis testículos, mi sexo permanecía semiblando, hasta que abrió su boca, me engulló. En segundos, al notar el calor de su garganta, me puse duro, sentía la sangre fluir por las venas de mi tranca, sentía su lengua moverse, jugueteando con mi glande, sentía como las succiones se volvían fuertes, como se llenaba su boca de saliva, sentía mucho placer.

La levanté, la puse de pie contra la pared, frente a mi, me agaché y desabroché el liguero, saqué el tanga y me lo puse en el bolsillo de mi americana, sujeté una de sus piernas y la puse sobre la tapa del wc, arremangué su falda, y me sumergí en la humedad de su entrepierna.

Su coño estaba bien cuidado, bello peinado al estilo brasileño, las ingles perfectas, la piel suave. Acerqué mi boca, mordisqueé su clítoris, introduciendo a momentos mi lengua en su vagina, lamiendo los labios abiertos de su coño, agarrado sus caderas con mis manos, acompañando el ritmo de mi lengua con mis brazos, acariciando cada rincón de su intimidad con mi boca.

Ella movía su cadera, iba y venía a mi ritmo, cerraba los ojos, apretando sus manos en mi nuca.

Fui subiendo mis manos, sacando sus pechos por encima de su sujetador, acercando mi polla a su entrepierna, ella seguía abierta, notaba como su coño pedía que la penetrara, a la vez que me incorporaba, agarré su otra pierna, y la apoyé en mi cadera, ahora, entonces, apoyada en la pared, la tenía a mi merced, la ensarté a fondo, su coño estaba inundado de jugos, sus manos colgaban de mi nuca, su cabeza se movía al sentirme, sus labios buscaban los míos.

Follamos durante un buen rato, mi sexo permanecía erecto, hinchado, llenándola. Su coño se aferraba a mi piel, sentía como cada pliegue de su interior se abría a mi paso, y a cada nueva embestida, su sexo se empapaba más y más.

Sus gemidos comenzaban a hacerse sonoros, nuestras respiraciones dejaban de ser silencio, las puertas de los baños se abrían y cerraban sin cesar con el paso de las chicas y mujeres de la feria, de vez en cuando alguna paraba ante nuestra puerta, escuchandonos, y una risita se le escapaba, el saber que alguien era testigo de nuestro affair me ponía aún más caliente.


Yo estaba a punto de explotar, pero ella seguía sin mostrar su orgasmo. Paré, la bajé, le di la vuelta, y la ensarté desde atrás, ahora si se escuchó su gemido, que en breve silencié con mi mano, una risa se escuchaba en algún otro baño, mi respiració se aceleraba, ella apoyaba sus manos en la pared, yo apretaba sus pechos, pellizcaba sus pezones, metía mis dedos entre sus piernas, tocaba mi polla entrar y salir, acariciaba su clítoris. Llegué a un punto que casi no podía controlar, follar desde atrás siempre me hacía enloquecer, observar una espalda contorneada, una cabeza caída y tapada por el pelo, unas piernas abiertas permitiendo mi penetración.

Me aparté, estaba apunto de correrme, me senté en la taza, esperando que se arrodillara y me lamiera, pero se acercó a mi, acarició mi mejilla, mi cuello, cogiendo mi nueca y echándome atrás contra la cisterna, agarró mi polla, abrió sus piernas y se la metió en el coño abierto y goteante, apoyó sus brazos en mis hombros, y arrancó el ritmo sin fin que nos haría llegar al orgasmo.

Cada vez mas rápido, cada vez más fuerte, cada vez más profundo, cada vez más mojado, cada vez nuestros gemidos eran más sonoros, no podía más, la miré fijamente, cerré mis ojos, me dejé llevar, caí atrás, y ella gimió fuerte, yo hice lo propio, mi semen emanaba, inundaba su sexo, llenaba su vagina de mi esencia, intercambiadonos por instantes los placeres, calvó sus uñas, en el momento que se desvaneció sobre mi, en el momento que se hizo el silencio y su respiración se acompasaba a la mía. Calor, era lo que sentía en mi piel, humedad, sentía las contracciones de sus músculos, sentía como sus piernas todavía apretaban mis caderas, sus labios rozando mi cuello, sus manos aferradas a mi.

Nos vestimos y salimos acalorados del servicio, un par de chicas esperaban al lado de la puerta, y a mi paso dejaron ir una sonrisa cómplice…

Siempre he dicho que he dejado buen sabor de boca en todas las empresas en las que he estado, pero nunca pensé que podía ser tan bueno… de haberlo sabido antes, nuestros viajes habrían sido mucho más… ¿quién sabe?

9 comentarios:

  1. Morboso, entretenido, didáctico.

    Te felicito

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  2. Muy buena descripcion de sexo explicito en este relato que deja mucho a la imaginacion.
    Puedes tambien vos imaginar las fantasias y realidades que vivimos con mi mujer a traves de este blog. Ojala te guste. Saludos
    http://lomasperversodenosotros.blogspot.com/

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  3. ahhhh que bueno cielo, me he puesto caliente al leerlo y meterme en situación.
    Me ha encantando que manera de follar justo como a mi me gusta.

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  4. Uffff...mi Jordi, mi nene, que manera de describirlo. Hasta yo me he puesto a gemir....EN SERIO.
    Besazo ardiente

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  5. IVAN, Didáctico? curioso.... un placer.

    AMOR SECRETO voy a veros...

    BELLA, lo sabia.... pues si este te ha gustado...el que está en el horno...

    MEDEA, me encanta que gimas conmigo, digamos que es la mejor moneda de pago por mis escritos... sigue gimiendome.

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  6. En este tipo de relatos, siempre voy buscando identificarme con la protagonista.. Fue una experiencia alucinante

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  7. muy sabroso y apetitoso...sobre todo por la sensacion de mojada y placentera k dejas al terminar.....parece como si la respiracion m fuera acompasada al leerlo. felicitaciones..

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  8. oyessssss... que pasa que no tienes bastante con mi persona en el currele

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  9. CECI, esa es mi intención, que seas capaz de ser tu mi protagonista, y disfrutes como yo la hice disfrutar a ella.

    KKINA, igul que le dije a Ceci, me encanta que al leerme seais capaces de meteros en el papel protagonista, porque para mi, en mis escritos, el protagonista no soy yo, sois vosotras.

    NATALIA, digamos que hay oportunidades que uno dejó escapar y no desea volver a dejarlas escapar. besos mi niña.

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