martes, 25 de noviembre de 2008

Espiada

Llevo tres días de viaje, apenas he podido hablar con ella por teléfono, y tengo ganas de llegar a casa, y descansar. Como voy bien de tiempo, le daré una sorpresa, compraré unas flores, unos bombones, entraré en casa sin hacer ruido, y le haré el amor… antes de ir a buscar a nuestra hija al cole.

Son casi las cuatro, ella debe haber llegado hace poco de llevar a nuestra hija al cole, y hasta las seis no tenemos que ir a buscarla, así que tengo tiempo de sobras. Introduzco la llave en el paño, abro silenciosamente la puerta, la ajusto, y dejo la maleta en el suelo, me quito el abrigo, lo cuelgo, miro en la cocina, no está, en el salón tampoco, pero escucho algo arriba, subo poco a poco las escaleras, y…. gemidos, ¡está gimiendo! Se me pone un nudo en el estómago, trago saliva, no se qué pensar, ¿estará con otro? La mato, ¡a ella y a él!

Sigilosamente me acerco a nuestra habitación, la puerta entreabierta, apenas dos dedos, miro adentro, y mi sorpresa y alivio: Está sola, masturbándose.

Me siento aliviado, no deseo perder lo mejor que me ha pasado en mi vida, pero no voy a molestarla, la dejaré acabar… allí estaba ella, la mujer de mis sueños, tapando su sexo con una sábana, su mano entre sus piernas, y la otra en su boca, mordiéndose los dedos, lamiéndose, acariciándose los pechos, y gimiendo, puedo ver una de sus piernas, su piel morena contrasta con el color blanco impecable de la sábana de algodón, y el movimiento rítmico de su mano bajo ésta.

Sus pezones duros, mojados por la saliva de su boca, yo me estoy excitando, y deseo entrar y follármela, pero quiero dejar que llegue hasta el final. Bajo mi mano, me acaricio el paquete, mi polla comienza a endurecerse, y pronto la dejaré salir. Vuelvo a mirar, ella no se ha percatado de mi presencia, pues tampoco me espera, se incorpora, abre un cajón, y saca el vibrador, es un vibrador de goma, de color azul, que le regalé hace ya unos meses con forma de delfín, se apoya en el cabezal, abre las piernas, mira ese pene de plástico, lo acerca a s boca, y lo lame, lame la punta, la moja de saliva, lo baja por sus pechos, lo frota en sus pezones, sigue bajando, y mientras con una mano abre sus labios vaginales, pasa el vibrador mojado por su clítoris, su cabeza echada atrás, y sus ojos cerrados, mordiéndose el labio inferior del placer que siente. Observo como pasea la punta del vibrador por su campanilla, subiendo y bajando, introduciéndolo en su coño suavemente, para mojarlo, pero en seguida volviendo a frotarlo en su clítoris.

Para, lo pone en marcha, una vibración se escucha, cada vez más fuerte, al máximo, lo acerca a su sexo, y gime, mmmm, estoy a punto de romper el pantalón d emi exictación, bajo la cremallera sin hacer ruido, y la saco. Mi polla está dura, algo mojada la punta de la excitación, la sujeto fuertemente, y me pajeo suavemente, poco a poco, pues no quiero que me pille. Sigo mirando.

Se estremece, torsiona la espalda, sacando pecho, el vibrador introucido en su coño, y entrando y saliendo, mojado, sus gemidos son mas fuertes, y ritmicos, saca el juguete, y ahora lo apoya en el clítoris, le encanta esa vibración, lo se, pues a menudo la masturbo yo con el juguetito.

La escucho, susurra algo: -más, sigue, fóllame, amor, te deseo, necesito tu bombeo en mi interior… mmmm…

Se da la vuelta, pone las almohadas y cojines bajo su pelvis, se estira sobre ellas y apoya su cara en el colchón, su culo en pompa, mete su mano entre las piernas, con el vibrador, cierra las piernas, lo frota por la entrada de su vagina, hasta el culo, arriba y abajo, brrrrr, sigue vibrando, abre las piernas, mostrando su coño ante mi, se introduce la polla de mentira, y ahora si gime fuertemente, cada vez más, ahora sus palabras son claras: -fóllame, como me pones, encúlame, métemela hasta el fondo, córrete en mi.

Yo no se si me habla a mi, o no, creo que no me ha visto, me habría dado cuenta, creo. Me estoy masturbando, mi polla bien dura, ahora mis movimientos siguen su ritmo, cada follada de su aparato, es acompañada con mi paja, no puede verme, yo sólo veo sus piernas abiertas, su coño ante mi, su mano metiendo y sacándo el vibrador, y no puedo más, deseo correrme, pero no voy a desaporvechar la ocasión de llenarla de mi, quiero follármela, quiero que grite de placer al bombear mi esperma en su coño.

Abro suavemente la puerta, me acerco a ella, acerco mi cara a su coño, el olor de sus fluidos me atraen, me excitan, noto como ella se mueve rápidamente, apenas estoy a un palmo de su raja, sus gemidos se han convertido en gritos, y su mano mete y saca el juguete, frontando a la vez su clítoris, está comenzando a convulsionarse, y mi polla sigue a punto de reventar, apoyo una pierna en la cama, y salto sobre ella, al notarme grita por la sorpresa, para en seco, se le cae el vibrador, me mira asustada, y dice: -cabrón. ¿Vas a seguir tu?


Inmediatamente, sin dejar pasar ni un segundo, la ensarto, le meto mi tranca hasta el fondo, ocupando toda su vagina con mi tranca, noto como sus fluidos salen mojando mis huevos, sujeta por la cintura, y yo vestido, la presiono contra los cojines, gime, grita, noto como me quema la polla, siento como su corrida moja mi carne, la deseo, no puedo más, grito: -me corro. Sigo vestido, mi corbata caida sobre su espalda, la penetro, me muevo rápidamente, aprisonada bajo mi fuerza, abriendo sus nalgas con mis manos para entrar más adentro, sintiendo sus contracciones interiores, en ese momento, abalanzo mi peso sobre ella, aguanto un poco mi corrida, unos segundos, no puedo más, exploto dentro suyo, una cantidad tremenda de semen llena su coño, ocupándolo todo, clavo mis unñas en su espalda, ella sujeta mis manos, gemimos los dos, neuvamente noto como sus contracciones aumentan, vuelve a correrse, abriendo sus caderas, apretando mis manos, gimiendo, gritando, respirando forzadamente. De repente se para, rígida, cerrando sus piernas, y se relaja, se deja caer sobre el colchón, junto a mi, la abrazo, la beso, y nos acurrucamos juntos, sin sacarla, penetrada todavía.

-¿Cuánto tiempo hace que me espías?
-Mucho, desde que comenzaste.
-Comencé hace una hora en la ducha, y me alegro que hayas llegado y acabado tu dentro mío.
-Y yo que te haya pillado haciéndolo.
-Te amo.
-Te adoro.



2 comentarios:

  1. Muy caliente, me he puesto cachondo al leerrlo.
    Trasteador

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  2. Disfrútalos, solo o en compañía, te recomiendo la segunda opción.

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